EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Martes de la decimoséptima semana del tiempo ordinario
Libro de Jeremías 14,17-22.
Tú les dirás esta palabra: Que mis ojos se deshagan en lágrimas, día y noche, sin
cesar, porque la virgen hija de mi pueblo ha sufrido un gran quebranto, una llaga
incurable.
Si salgo al campo abierto, veo las víctimas de la espada; si entro en la ciudad, veo
los sufrimientos del hambre. Sí, hasta el profeta y el sacerdote recorren el país y no
logran comprender.
¿Has rechazado del todo a Judá? ¿Estás disgustado con Sión? ¿Por qué nos has
herido sin remedio? Se esperaba la paz, ¡y no hay nada bueno...! el tiempo de la
curación, ¡y sobrevino el espanto!
Reconocemos, Señor, nuestra maldad, la iniquidad de nuestros padres, porque
hemos pecado contra ti.
A causa de tu Nombre, no desprecies, no envilezcas el trono de tu Gloria:
¡acuérdate, no rompas tu Alianza con nosotros!
Entre los ídolos de las naciones, ¿hay alguien que haga llover? ¿Es el cielo el que
envía los chaparrones? ¿No eres tú, Señor, nuestro Dios? Nosotros esperamos en ti,
porque eres tú el que has hecho todo esto.
Salmo 79(78),8.9.11.13.
No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados,
a causa de tu Nombre.
Llegue hasta tu presencia el lamento de los cautivos,
preserva con tu brazo poderoso
a los que están condenados a muerte.
Y nosotros, que somos tu pueblo
y las ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias para siempre,
y cantaremos tus alabanzas
por todas las generaciones.
Evangelio según San Mateo 13,36-43.
Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se
acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña
son los que pertenecen al Maligno,
y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los
cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera
sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los
escándalos y a los que hicieron el mal,
y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que
tenga oídos, que oiga!
Comentario del Evangelio por
San Hilario (v. 315-367), obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia
La Trinidad, XI, 39-40
“Los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre”
"Cristo le devolverá el Reino a su Padre", dice san Pablo (1Co 15,24), no en
sentido de que renunciaría a su poder devolviéndole su Reino, sino porque somos
nosotros quienes seremos el Reino de Dios, cuando hayamos sido hechos conforme
a la gloria de su cuerpo, constituidos Reino de Dios por la glorificación de su
cuerpo. Es a nosotros a quienes devolverá al Padre, como Reino, según lo que está
dicho en el Evangelio: "Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino
preparado para vosotros desde la creación del mundo" (Mt 25,34).
"Los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre". Porque el Hijo le
entregará a Dios, como su Reino, a aquellos a los que convidó a su Reino, a
aquellos a quienes prometió la bienaventuranza de este misterio, por estas
palabras: "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios" (Mt
5,8)... he aquí que aquellos que devuelve a su Padre como su Reino, ven a Dios.
El Señor mismo explicó a sus apóstoles en qué consiste este Reino: "El Reino
de Dios está dentro de vosotros" (Lc 17,21). Y si alguno quiere saber quién es el
que devuelve el Reino, que escuche: "Cristo resucitó de entre los muertos, para ser
entre los muertos el primer resucitado. Ya que la muerte vino por un hombre,
también por un hombre viene la resurrección " (1Co 15,20-21). Todo esto concierne
al misterio del Cuerpo, porque Cristo es el primer resucitado de entre los muertos...
Es pues, para el progreso de la humanidad asumida por Cristo, que "Dios lo será
todo en todos" (1Co 15,28).
"servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”