“La buena semilla es La Palabra”
Mt 13, 24-30
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. UN HOMBRE QUE SEMBRÓ BUENA SEMILLA EN SU CAMPO
Jesús propuso a la gente esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un hombre
que sembró buena semilla en su campo. ¿Quien es que vino a sembrar la buena
semilla?, ¿que nos representa la semilla?, ¿Qué representa el campo? La palabra de
Jesús, es semilla de bondad y amor, que sembrada en el corazón de un hombre bueno,
halla el campo ideal de tierra fértil donde puede crecer y prosperar. Jesús es quien nos
siembra su palabra y nosotros la atesoramos en su lugar preferido, el corazón,
acogiéndola con fe y amor. Esta palabra transforma nuestra vida y se convierte en
nuestra principal guía de vida.
2. LA BUENA SEMILLA ES LA PALABRA
Pero Jesús nos relata que; mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en
medio del trigo y se fue. Si nos preguntamos porque algunas veces nacen de nosotros
hermosos sentimientos de amor, y algunas veces sin darnos cuentas nos surgen
sentimientos de odios, es porque los dos están habitando en nuestro corazón. En efecto,
en el mismo lugar que siembra Dios, también siembra el Maligno en nosotros.
Que gran diferencia, en la luz de Jesús, hemos recibido la buena semilla y en la
oscuridad de la noche el maligno vino a sembrar la mala a fin de crear confusión. Como
podemos observar, lo bueno siempre vine con la Luz y lo malo llega oculto en las
tinieblas. Pero el producto de las semillas es infinitamente distinto, pues la semilla de
amor produce frutos de amor y la semilla del mal produce maldad.
La buena semilla es La Palabra , esta convertida en presencia de Jesús dentro de
nosotros, es fuerte, activa, eficaz, con una gran capacidad de fortalecernos,
santificarnos y protegernos de la siembra del maligno. Porque la Palabra del Señor, si es
aceptada y atesorada en nuestro corazón, si es incondicionalmente admitida, llevada
con fe y esperanza, produce el amor que combate la maldad y no se deja asfixiar por la
cizaña.
3. SEÑOR, ¿NO HABÍAS SEMBRADO BUENA SEMILLA EN TU
CAMPO?
Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los
peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: "Señor, ¿no habías sembrado
buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?" Hay cizaña,
porque los sembradores de esta nociva hierba están ahí al acecho para sembrarla,
mezclarla entre la buena y confundirla. Dice el Señor: Esto lo ha hecho algún enemigo.
Los enemigos de los valores y las enseñanzas de Cristo, son los opuestos del Reino
Aquellos que impugnan la palabra del Señor, son los sembradores de la cizaña, aquellos
que comparten sus ideales de irreverencia, son las cizañas que tratan de obstaculizar el
crecimiento de la buena semilla. Pero lo más triste, son aquellos que se sienten felices
de ser cizaña, y perversamente por el camino de la depravación, el vicio, el desenfreno,
en nombre de un errático libertinaje, buscan a incautos e ingenuos para llevarlos a
caminos destinados a la perdición.
4. EN NUESTRO MUNDO CONVIVIMOS BUENOS Y MALOS.
Los peones replicaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" "No, les dijo el dueño,
porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Somos
concientes que en nuestro mundo convivimos buenos y malos. Dios permite esto para
que los que van por mal camino tengan la oportunidad de arrepentirse aprendiendo de
las bondades de las vidas ejemplares y de esta manera caminar por la senda del bien.
Dios es paciente, “lento en el castigo y rico en misericordia”, pero el arrepentimiento y la
reconciliación deben hacerse a tiempo. Esto quiere decirnos Jesús cuando en la
parábola se dice que: Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los
cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego
recojan el trigo en mi granero".
Sepamos distinguir que es lo verdadero y que es lo falso, esta diferencia se aprecia
cuando se atesora la sabiduría de la palabra de Dios, transformada en fuente viviente de
sapiencia, que estimula a ver con los ojos de Jesús desde el corazón, así se puede
apreciar que verdadero es el buen trigo, falsa es la cizaña.
5. TENEMOS QUE SABER DISTINGUIR LA MENTIRA DE LA
VERDAD
Pongamos en nosotros un cedazo en lo que nos dicen, por que cizañeros intentaran
convencernos de ideas de sectas religiosas confusas, conceptos u pensamientos que
intentan justificarse con mensajes y frases sacadas de su verdadero contexto. Para ser
más preciso me refiero a esas doctrinas revestidas de una apariencia seudo evangélica
y que en el fondo no lo son. Es así, como tenemos que saber distinguir la mentira de la
verdad, el verdadero evangelio es enseñanza de amor y produce el mismo fruto, y el
falso siempre se presenta con conceptos que buscan producir la desunión, la confusión,
la duda y el fruto es el odio.
El corazón del hombre es un campo abierto, allí busca sembrar el Señor, simientes de
bondad y de amor, pero del mismo modo el maligno quiere sembrar semillas de
pasiones desordenadas. La oración y la contemplación, nos ayudara a estar vigilantes
para que la cizaña no germine y nos ahogue.
Cristo Jesús viva en sus corazones