Lectio Divina: 17º Domingo De Tiempo Ordinario B
Autor: P. Chuno, C.M.
San Juan 6,1-15: Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron
Tabla de contenidos
Ambientación:
Oración inicial
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Oración final
LA PALABRA HOY: 2 Reyes 4,42-44; Salmo 144; Efesios 4,1-6; Juan 6,1-15
Ambientación: Al centro: un pan grande, sobre él se coloca un Niño Dios y la
frase: Palabra de Vida, Pan de Vida
Cantos sugeridos: Un niño se te acercó; No podemos caminar
Ambientación:
El Evangelio de hoy nos presenta el signo de la multiplicación de los panes y los
peces. Los discípulos se fijan en la falta de medios para realizar este milagro. Jesús,
por el contrario, fija su atención en las personas que tienen necesidad.
Jesús es la respuesta al hambre de sentido en el mundo. Él es alimento para todos.
Oración inicial
Señor Jesús,
…¿dónde podremos conseguir pan para que coman?…,
preguntaste a tus discípulos viendo a la multitud,
y hoy seguimos preguntándonos la misma cosa,
¿dónde conseguir?, …pan, ropa, consuelo,
fortaleza, ayuda, comprensión,
solidaridad, cercanía, felicidad, salud, paz…
Hoy seguimos teniendo necesidad de ti,
hoy seguimos esperando tu ayuda,
tu bendición y tu gracia
para que Tú multipliques
nuestros esfuerzos y nuestras actividades.
Señor, ven en nuestra ayuda,
y como entonces, multiplica
lo poco o lo nada que tengamos
para que así alcance y sobre.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué me dice el texto?
Juan 6, 1-15
Motivación: Después de realizar el signo de la multiplicación de los panes, Jesús
explica su sentido a través de un largo discurso sobre el pan de vida. A través de
sus palabras, Jesús se va revelando progresivamente como el verdadero Pan del
cielo del que debe alimentarse todo el mundo. Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Por qué la gente sigue al Señor?
¿Qué pregunta Jesús al ver a la multitud?
¿Qué responde Felipe? ¿Qué añade Andrés?
¿Qué signo realiza Jesús en el texto proclamado? ¿A través de qué gestos?
¿Cómo reaccionó la gente ante el signo realizado?
¿Cómo concluye el relato? ¿Qué hace Jesús?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 14,13-21; Mc 6,30-44; Lc 9,10-17
II: Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
Motivación: Jesús nos ha llamado, como a sus discípulos, para que descubramos
su verdadera identidad y colaboremos con su obra. Poniéndonos en el lugar de
Felipe y de Andrés, meditamos y reflexionamos sobre sus palabras y gestos.
Miro el ejemplo de Jesús: ¿Soy sensible ante la necesidad de los demás?, ¿soy
capaz de darme cuenta lo que el otro necesita?
Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes y dos peces. ¿Cómo me animan estas
palabras a ponerlo “poco” que soy o que tengo al servicio de los demás?
¿Por qué Jesús no quiso ser proclamado rey(Jn 6,15)?, ¿a qué se debe?, ¿qué
revela de su persona?
El signo de la multiplicación de los panes, ¿a qué me compromete en medio de un
mundo donde tanta gente carece de lo necesario para vivir con dignidad?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III: Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Los signos de Jesús encierran un sentido más profundo del que se
muestra a primera vista. Por eso oremos pidiendo al Señor hondura para nuestra
vida.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo
(Salmo 144).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Jesús alimenta a la multitud que lo sigue con la Palabra y con el pan
cotidiano. Él es la Palabra de vida que se hace Pan de vida, dando sentido a
nuestras vidas. Escuchemos lo que San Vicente recomienda a las Hijas de la
Caridad:
Por consiguiente tienen que llevar a los pobres enfermos dos clases de comida: la
corporal y la espiritual, esto es, decirles para su instrucción alguna buena palabra
de su oración, como serían cinco o seis palabras, para inducirles a que cumplan con
sus deberes de cristianos y a practicar la paciencia. Dios las ha reservado para
esto…
No veo a nadie tan dispuesto a socorrer a los pobres de todas formas como
vosotras. No serían Hijas de la Caridad, si no estuviesen siempre dispuestas a
servir a todos los que les pueden necesitar.
He aquí, hijas mías, en qué consisten en general, el amor afectivo y el amor
efectivo: servir a nuestro Señor en sus miembros, espiritual y corporalmente, y
esto en sus propias casas, o bien donde la Providencia les envíe. (IX, 534-535)
Compromiso:
El Señor nos ha hecho ver que lo dado con generosidad y desprendimiento él
multiplica lo poco y así sobra abundantemente, ¿A qué me compromete esto?
Oración final
Tú, Padre bondadoso,
no cesas de enriquecernos con tus dones.
Tú eres la fuente de la vida,
y la otorgas a todos tus hijos
en el pan cotidiano que nos fortalece.
Tú escuchas el grito de la humanidad
y generoso, derramas de mil formas
la bondad de tu mano sobre todos.
Aliméntanos también con el pan del cielo,
con la palabra que hecha carne
se dona a nosotros hecha pan:
para que buscando a Cristo,
por sobre todas las cosas
aprendamos a realizar el milagro
de compartir nuestro propio pan,
con todo aquel que espera por nosotros
el paso de gracia salvadora. AMÉN.
Con permiso de somos.vicencianos.org