XVIII D OMINGO DEL T IEMPO O RDINARIO
(Éx 16, 2-4. 12-15; Sal 77; Ef 4, 17. 20-24; Jn 6, 24-35)
L A P ALABRA
El Señor dijo a Moisés: -«Yo haré llover
pan del cielo: que el pueblo salga a recoger
la ración de cada día (Ex).
Y el hombre comió pan de ángeles, les
mandó provisiones hasta la hartura. Los
hizo entrar por las santas fronteras, hasta el
monte que su diestra había adquirido. (Sal
77)
-«Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que
os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida
al mundo.»
Entonces le dijeron: -«Señor, danos siempre de este pan.»
Jesús les contestó: -«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el
que cree en mí nunca pasará sed.» (Jn)
M EDITACIÓN
Si a pesar de estar disfrutando de un tiempo de descanso, de probar los gustos
agradables de la vida, sientes nostalgia en tu interior.
Si a pesar de gozar del acompañamiento familiar, hay en ti un recinto íntimo que
sufre soledad.
Si has probado a gustar los sabores que te ofrecen los sentidos naturales en el
beber y en el comer y sabes que no sacian del todo tu hambre y tu sed.
Hoy la Palabra de Dios te da la respuesta a la sed esencial, al corazón herido de
necesidad afectiva. Te ofrece un alimento distinto, que sacia y da gozo, y serena el
corazón.
Puede que pienses que son palabras bonitas, discurso poético. Sólo cuando se ha
estado en el desierto se valora el agua del manantial. Sólo cuando uno ha recorrido parte
del camino, buscando con quien compartir el alma, valora la amistad más íntima.
Jesucristo se nos ofrece hoy como pan vivo, como agua de manantial, como
compañero de camino, como totalidad de respuesta a la identidad indigente de nuestra
carne. ¡Prueba a comer del pan santo, a tratar con Jesús, a conocer su amistad y verás si
te engaño!
O RACIÓN
Oh Dios, que en el Sacramento del Pan del cielo, la Eucaristía, nos has dejado la
presencia viva y actual de tu entrega total por nosotros, concédenos experimentar
los frutos de tu amor redentor.
Padre Angel Moreno de Buenafuente