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Día litúrgico: Viernes XX del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mt 22,34-40): En aquel tiempo, los fariseos () se
reunieron y uno de ellos le preguntó (): Maestro, ¿cuál es el mandamiento
mayor de la Ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con
toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La adoración es la fuerza que lo mueve todo
Hoy escuchamos de Cristo el mayor y primer motivo de nuestra existencia (un
motivo que se transforma en "mandamiento" para cada hombre): adorar a Dios, en
un amarle con todo nuestro ser (corazón, alma y mente). El amor siempre es
incondicional (sin-condiciones), pero solamente Dios merece un amor incondicional
"en absoluto": nada debe anteponerse al servicio de Dios.
Tal "sometimiento" a Dios no es destructivo de la criatura, porque es algo tan
amoroso como besarle ("ad-orem"=a la boca). Es lo propio del amante; es nuestra
vocación. La creación —inmensa y preciosa— está de tal manera configurada que
invita a esta adoración. Es la fuerza que lo mueve y ordena todo desde dentro, en
el ritmo de las estrellas y en nuestra vida. El ritmo de nuestra vida sólo vibra
correctamente si está imbuido por esta fuerza.
—Señor-Dios, arrodillado, te confieso y te reconozco: el hombre nunca es tan
hombre como cuando —de rodillas— se rinde ante ti y te reza.
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