La incapacidad de vivir el tiempo de la espera.
2012-08-10
Evangelio
Del santo Evangelio según san Juan 12, 24-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que si el grano de
trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá
mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en
este mundo, se asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga, para que donde Yo esté también esté mi
servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, ayúdame a servirte siempre y en todo. A saber vivir sostenido por tu amor,
dispuesto a dejarme cribar con una confianza ilimitada en tu Providencia, por un
amor apasionado y abrazado a tu cruz.
Petición
Señor, dame la generosidad para pasar mi vida sirviendo a los demás.
Meditación
La incapacidad de vivir el tiempo de la espera.
«Aquí el Señor insiste en la correlación entre la muerte de la semilla y el "mucho
fruto" que dará. El grano de trigo es él, Jesús. El fruto es la "vida en abundancia",
que nos ha adquirido mediante su cruz. Esta es también la lógica y la verdadera
fecundidad de toda pastoral vocacional en la Iglesia: como Cristo, el sacerdote y el
animador deben ser un "grano de trigo", que renuncia a sí mismo para hacer la
voluntad del Padre; que sabe vivir oculto, alejado del clamor y del ruido; que
renuncia a buscar la visibilidad y la grandeza de imagen que hoy a menudo se
convierten en criterios e incluso en finalidades de la vida en buena parte de nuestra
cultura y fascinan a muchos jóvenes.
Queridos amigos, sed sembradores de confianza y de esperanza, pues la juventud
de hoy vive inmersa en un profundo sentido de extravío. Con frecuencia las
palabras humanas carecen de futuro y de perspectiva; carecen incluso de sentido y
de sabiduría. Se difunde una actitud de impaciencia frenética y una incapacidad de
vivir el tiempo de la espera. Sin embargo, esta puede ser la hora de Dios: su
llamada, mediante la fuerza y la eficacia de la Palabra, genera un camino de
esperanza hacia la plenitud de la vida» (Benedicto XVI, 21 de julio de 2009).
Reflexión apostólica
«La tercera parte del encuentro con Cristo es la revisión de vida. Consiste en
contemplar un acontecimiento humano a la luz de la fe para analizar sus
verdaderas causas y consecuencias y, sobre todo, para descubrir en él el plan de
Dios, incluso allí donde parece que se le contrapone el mal. El fruto de esta parte es
una nueva visión de la vida, iluminada por los valores humanos y evangélicos, y
una actitud positiva de compromiso y colaboración en la gran obra de la redención»
(Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 420).
Propósito
Darme el tiempo para escuchar a las personas con las que convivo diariamente: oír,
comprender, acompañar, sin buscar alguna ventaja personal.
Diálogo con Cristo
Generosidad, valentía, fe, perseverancia, paciencia, tenacidad, celo apostólico y
humildad son las virtudes que deben abonar la semilla de mi vida, para que dé el
fruto para lo cual fue creada. Señor, dame tu gracia para dejar a un lado todo lo
que me aparte de cumplir tu voluntad.
«Crean así en la fecundidad de su vida arrojada al surco de Cristo, de la que
brotará una espiga cuajada de frutos, aunque ustedes no la vean ni la toquen»
(Cristo al centro, n.1963).