Observar el verdadero espíritu de la ley.
2012-08-13
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 22-27
En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: «El Hijo
del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al
tercer día va a resucitar». Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza.
Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto
para el templo y le dijeron: «¿Acaso tu Maestro no paga el impuesto?». Él les
respondió: «Si lo paga».
Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece,
Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los
extraños?». Pedro le respondió: «A los extraños».
Entonces Jesús le dijo: «Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles
motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique,
ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti». Palabra
del Señor.
Oración introductoria
Señor, inicio mi oración con la señal de la cruz, puesto que en ella está la síntesis
de mi fe. En este gesto quiero manifestarte que creo en la santísima Trinidad,
espero y confío en tu gracia y misericordia y te amo con todo mi corazón.
Petición
Jesús, que mi amor por ti se manifieste en mi amor y servicio a los demás.
Meditación
Observar el verdadero espíritu de la ley.
«Justicia y misericordia, justicia y caridad, bisagras de la doctrina social de la
Iglesia, son dos realidades diferentes sólo para nosotros los hombres, que
distinguimos atentamente un acto justo de un acto de amor. Justo, para nosotros,
es “lo que se debe al otro”, mientras que misericordioso es lo que se dona por
bondad. Y una cosa parece excluir a la otra. Pero para Dios no es así: en Él, justicia
y caridad coinciden; no hay acción justa que no sea también acto de misericordia y
de perdón y, al mismo tiempo, no hay una acción misericordiosa que no sea
perfectamente justa.
¡Qué lejana está la lógica de Dios de la nuestra! ¡Y qué diferente es de nuestro
modo de actuar! El Señor nos invita a acoger y observar el verdadero espíritu de la
ley, para darle pleno cumplimiento en el amor hacia quien lo necesita. «Pleno
cumplimiento de la ley es el amor, escribe san Pablo: nuestra justicia será tanto
más perfecta cuanto más esté animada por el amor por Dios y por los hermanos»
(Benedicto XVI, 18 de diciembre de 20111).
Reflexión apostólica
«En el ejercicio de los deberes profesionales al servicio de la sociedad, sean
siempre honestos, leales y justos, sin permitir que la búsqueda de intereses
personales lesione las exigencias de la justicia, de la caridad o de la verdad. No
olviden que son apóstoles de Cristo y procuren compartir el don del Movimiento en
sus vidas con las personas que tratan» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n.298).
Propósito
Revisar cómo estoy inculcando en mi familia el cumplimiento de los deberes como
ciudadano.
Diálogo con Cristo
Jesús, ayúdame a entregar mi vida en el servicio y en el amor a los demás, como
Tú lo hiciste. Ése es el único camino con el que puedo corresponder a tantos dones
con los que has enriquecido mi vida. Las excusas abundan, las tentaciones se
multiplican, pero tu gracia es superior a todo.
«Jamás (aunque sintamos el aguijón de la pasión) respondamos a la fuerza con la
fuerza, a la injusticia con la injusticia, a la envidia con la envidia, a la malquerencia
con la malquerencia, al odio con el odio. Nunca la victoria de nuestro odio podría
valer más que la victoria del odio de nuestros enemigos»
(Cristo al centro, n.339).