Sin prejuicios ni intereses, con humildad y dependencia.
2012-08-18
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 19, 13-15
En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las
manos y orase por ellos. Los discípulos regañaron a la gente; pero Jesús les dijo:
«Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son
como ellos es el Reino de los cielos». Después les impuso las manos y continuó su
camino. Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, inicio esta oración con la humildad y docilidad de un niño que busca el
abrazo de su padre amoroso. Ayúdame a saber escucharte y a recibir tu Reino con
la sencillez de un niño.
Petición
Jesús, concédeme el don de buscar la humildad voluntaria, motivado por tu
ejemplo.
Meditación
Sin prejuicios ni intereses, con humildad y dependencia.
«Jesús había dicho a sus discípulos que, para entrar en el reino de Dios, deberían
hacerse como niños. Él mismo, que abraza al mundo entero, se hizo niño para salir
a nuestro encuentro, para llevarnos hacia Dios. Para reconocer a Dios debemos
abandonar la soberbia que nos ciega, que quiere impulsarnos lejos de Dios, como si
Dios fuera nuestro competidor. Para encontrar a Dios es necesario ser capaces de
ver con el corazón. Debemos aprender a ver con un corazón de niño, con un
corazón joven, al que los prejuicios no obstaculizan y los intereses no deslumbran.
Así, en los niños que con ese corazón libre y abierto lo reconocen a él la Iglesia ha
visto la imagen de los creyentes de todos los tiempos, su propia imagen.
Queridos amigos, ahora nos asociamos a la procesión de los jóvenes de entonces,
una procesión que atraviesa toda la historia. Juntamente con los jóvenes de todo el
mundo, vamos al encuentro de Jesús. Dejémonos guiar por él hacia Dios, para
aprender de Dios mismo el modo correcto de ser hombres» (Benedicto XVI, 16 de
marzo de 2008).
Reflexión apostólica
«La promoción del ECYD, en particular, es un apostolado de primera importancia
como medio particularmente apto para la formación cristiana de los niños y
adolescentes, y para el eficaz encauzamiento de sus grandes ideales y energías
frescas al servicio de la Iglesia y de la sociedad» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 384).
Propósito
Hacer una visita al Santísimo, o una oración especial, para decirle a Dios que quiero
obedecerle siempre y en todo, renunciando, con plena confianza, a mi propia
voluntad.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, dame la fe y la confianza para creer con todo mi corazón que tu gracia
me basta. Enséñame a tener la docilidad de los niños para no dudar ni darle vueltas
a las cosas que dispongas en mi camino. No permitas que me dé miedo ser santo,
que tema lanzarme y convertirme en un auténtico discípulo y misionero de tu amor.
«La necesidad de platicar y confiarse a alguien no indica una mentalidad de niño;
todos sentimos esa misma necesidad de ser respaldados por alguien. Es un signo
de normalidad»
(Cristo al centro, n.1163).