Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Agosto 20
Memoria de San Bernardo
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Lo llenará con un espíritu de inteligencia * Buscad
continuamente el rostro del Señor. * Quiero que donde yo esté, también estén ellos
conmigo
Textos para este día:
Eclesiástico 15, 1-6:
El que teme al Señor hará siempre el bien y quien es fiel a la ley obtendrá
sabiduría.
Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como una esposa recién
casada; lo nutrirá con el pan de la sensatez y le dará a beber el agua de la
prudencia; si se apoya en ella, no vacilará; si confía en ella, no quedará
defraudado; la sabiduría lo hará destacar entre sus compañeros y le dará
elocuencia en la asamblea; lo llenará con un espíritu de inteligencia, lo revestirá
con túnica de gloria; lo colmará de gozo y alegría y le dará en herencia un nombre
perdurable.
Salmo 104:
Cantadle al son de instrumentos, / hablad de sus maravillas; / gloriaos de su
nombre santo, / que se alegren los que buscan al Señor. R.
Recurrid al Señor y a su poder, / buscad continuamente su rostro. / Recordad las
maravillas que hizo, / sus prodigios, las sentencias de su boca. R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; / hijos de Jacob, su elegido! / El Señor es nuestro
Dios, / él gobierna toda la tierra. R.
Juan 17, 20-26:
En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: «Padre, no sólo te pido por
mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que
sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la
gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y
tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que tú me has
enviado y que los amas, como me amas a mí. Padre, quiero que donde yo esté,
estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que
me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo. Padre justo,
el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me
enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para
que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos».
Homilía
Temas de las lecturas: Lo llenará con un espíritu de inteligencia * Buscad
continuamente el rostro del Señor. * Quiero que donde yo esté, también estén ellos
conmigo
1. La imaginación al poder
1.1 Cuando la gente hoy imagina cambios radicales en la sociedad o en el cosmos
difícilmente llega adonde llegó Bernardo de Claraval. Alentado por el poder del
Evangelio, que conoció de primera mano, Bernardo verdaderamente soñó una
Europa muy distinta, un mundo muy distinto, algo así como aspirar seriamente a
que se vea el Reino de Dios.
1.2 Bernardo vio en el monasterio cisterciense una especie de encarnación del
Evangelio. No de otra manera puede explicarse su increíble ardor en llamar a todos
al claustro. Su voz resonó en Europa con la persuasión que tendría quien hiciera
sonar una alarma llamando a ir pronto a los refugios antiaéreos, durante un
bombardeo.
1.3 Su influencia, sin embargo, no se limitó al monasterio. La fama de santidad, la
capacidad oratoria y la coherencia de vida hicieron de él algo así como una
"celebridad." La fascinación que hoy muchos tendrían por cantantes o actores el
siglo XII europeo la tuvo por hombres de la talla de Bernardo.
2. Triunfos y fracasos
2.1 Según muchos estándares, Bernardo fue, además de santo, un hombre de
éxito. No sólo por su popularidad, ni por los más de setenta monasterios que fundó
o ayudó a fundar en vida; no sólo por el número de vocaciones o la manera
mayormente positiva como fueron recibidas muchas de sus palabras. Bernardo tuvo
éxito ante todo porque su enfoque de la vida cristiana marcó toda una era.
2.2 Mas no todo fue éxito. Su modo de ver la teología dejaba muy poco espacio
para lo que en esa época se llama "dialéctica" y que hoy en parte corresponde con
el papel de la crítica y la lógica. Sus disputas con Pedro Abelardo fueron éxito para
Bernardo y su visión más espiritual, monástica y de base patrística. No obstante, la
Historia reivindicó en buena parte la postura de Abelardo, de modo que resulta
impensable la existencia de las "Sumas" (incluyendo la Suma Teológica) sin quitar
un poco de brillo a la gloria de Bernardo.
2.3 Y está también el fracaso estrepitoso de la cruzada. Todo el liderazgo de
Bernardo, toda su visión y su modo de imaginar un orbe cristiano no fueron
suficientes. La derrota fue dura, y la opinión pública, que como se sabe es muy
voluble, se volvió entonces contra el famoso abad de Claraval.
2.4 Probablemente eso fue bueno, si no para la fama sí para el alma de Bernardo.
Probablemente ese fue un recordatorio más de la distancia que inevitablemente
separa al Reino de Dios de sus precarias y a menudo fugaces expresiones en esta
tierra.
Fr. Nelson Medina, O.P.