Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 21, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Dios ha escogido lo débil del mundo * Dichoso el pueblo
que el Señor se escogió como heredad. * Como has sido fiel en lo poco, pasa al
banquete de tu señor
Textos para este día:
1 Corintios 1, 26-31:
Hermanos, fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano,
ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo
lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido
Dios para humillar el poder.
Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta
para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del
Señor.
Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros
sabiduría, justicia, santificación y redención.
Y así -como dice la Escritura- "el que se gloríe, que se gloríe en el Señor".
Salmo 32:
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, / el pueblo que él se escogió como
heredad. / El Señor mira desde el cielo, / se fija en todos los hombres. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, / en los que esperan en su
misericordia, / para librar sus vidas de la muerte / y reanimarlos en tiempo de
hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor: / él es nuestro auxilio y escudo; / con él se alegra
nuestro corazón, / en su santo nombre confiamos. R.
Mateo 25, 14-30:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre que se iba al
extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le
dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su
capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar
con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En
cambio, el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su
señor.
Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar
cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros
cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco".
Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel
en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor". Se acercó
luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste;
mira, he ganado otros dos". Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y
cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al
banquete de tu señor".
Finalmente se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres
exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo
y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo". El señor le respondió:
"Eres un empleado negligente y holgazán; ¿conque sabías que siego donde no
siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el
banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el
talento y dádselo al que tiene diez. Porque el que tiene se le dará y le sobrará, pero
al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo
fuera, a las tinieblas, allí será el llanto y el rechinar de dientes""
Homilía
Temas de las lecturas: Dios ha escogido lo débil del mundo * Dichoso el pueblo
que el Señor se escogió como heredad. * Como has sido fiel en lo poco, pasa al
banquete de tu señor
1. Cristo y los de Cristo
1.1 Ya hemos visto cómo Pablo destaca la singularidad de la fe en Cristo: en un
ambiente plagado de religiones y sistemas de creencias que alardean de
conocimiento y de poder, el Mesías que Pablo anuncia aparece como débil y su
sacrificio como un absurdo. Y sin embargo de ese absurdo y de esa impotencia
viene la salvación, que se realiza no a través de las fuerzas o conquistas humanas
sino a través del regalo de su amor en la Cruz, y a través del regalo de creer.
1.2 Hoy la primera lectura sigue en esa misma dirección de pensamiento: la
sabiduría o el poder son fuentes de orgullo y de discriminación entre los hombres;
por el contrario, el amor y la misericordia son fuentes de humildad y tienen sus
lugar propio entre los humildes. O dicho con otras palabras: la comunidad que nace
de la predicación de la Cruz tendrá siempre como punto de referencia a sus
"crucificados," esto es, sus pobres, sus humildes, sus descalificados. Si Cristo
Crucificado es señal de oprobio y ha sido rechazado, el signo de Cristo en medio de
su Iglesia serán sobre todo aquellos de los que tal vez nos avergonzamos o
aquellos a los que excluimos.
2. Trabaja tu talento
2.1 En la línea de cultivar lo propio y de no andar criticando lo de los demás nos
instruye el evangelio de hoy.
2.2 Criticamos al gobierno, a la Iglesia, a nuestros padres, a los jóvenes, a los
países ricos, por egoístas; a los países pobres, por perezosos. La culpa siempre está
afuera de nosotros y las víctimas siempre somos nosotros. De ese modo afirmamos
con infinita irresponsabilidad que todo cambio tendrá que suceder afuera y que
mientras tanto podremos obrar como queramos.
2.3 La pregunta que hoy nos hace Cristo es concreta entre todas: "¿qué puedes
hacer con lo que tienes?". No con lo que deberías supuestamente haber tenido, no
con lo que otros tienen, no con lo que tú quisieras tener, no con lo que siempre
quisiste tener, no con lo que esperabas tener, no con lo que te duele haber tenido y
no tienes, sino simple y llanamente: "¿qué puedes hacer con lo que tienes?" Es un
mensaje liberador, indudablemente.
2.4 De otra parte, notemos en la parábola que es el dueño de los talentos quien
conoce la capacidad de cada uno, incluso mejor de lo que cada uno la conoce.
También esto vale, por supuesto, para el gran Señor y Dueño de nuestras vidas.
Sólo Dios conoce cuál es nuestra capacidad real; sólo él sabe de nuestra capacidad
real, más allá de lo que nosotros consideramos imposible, improbable o
impracticable. Dios, pues, no me lleva a otro lugar sino al centro mismo de mi
existencia. En cierto modo, "me obliga" a ser yo mismo.
Fr. Nelson Medina, O.P.