Comentario al evangelio del Viernes 07 de Septiembre del 2012
Jesús es el novio
No sé si lleva cierto tono provocativo afirmar que es una insidia. Son insidiosos los que aseguran que
poner en segundo plano ciertos modos de ascesis, ayunos, penitencias, disciplinas y mortificaciones
significa rebajar las exigencias cristianas, es traicionar la petición de Jesús de tomar su cruz, es olvidar
que seguimos al Crucificado.
Es insidia porque no es verdad. Seguimos al Crucificado, y hemos de estar dispuestos a morir y
entregar la vida como él. Pero seguimos, también, el Resucitado. Desde luego, no seguimos a un
filósofo estoico; ni siquiera a Juan el Bautista.
Pero es que nos lo dice el mismo Maestro. Seguimos al Novio. Y Jesús es el novio en el banquete de
bodas de la Nueva Alianza. El Reino de Dios es comparado por Jesús con un banquete de bodas. Y
aquí no caben ayunos ni tristezas. Somos los invitados al convite. Es tiempo y lugar de celebrarlo, de
fiesta, de alegría, de festejos.
Además, queremos sorprender la “gran novedad” de la que nos habla Jesús. El vino nuevo, el odre
nuevo, el vestido nuevo. Los fariseos, los miembros de ciertas sectas, los mismos discípulos de Juan
seguirán embarcados en sus ritos ascéticos. Los seguidores de Jesús se sientan al banquete para
alegrarse con el novio, para beber el vino nuevo de la Alianza nueva. La tristeza, para la ausencia del
novio, para el pecado; sólo entonces.
Hermanos de Ciudad Redonda: Alegraos, que tenemos entre nosotros al mejor de los novios. Os digo
como los primeros cristianos, refiriéndose al domingo: “Celebramos el Día del Señor como un día de
alegría (Pedro de Alejandría). “Peca quien en este día está triste” (Didascalia). No temáis a las rebajas
de las que hablan voces sombrías. En este banquete de bodas celebramos la Alianza Nueva, lograda
con la sangre derramada en la Cruz para la salvación de todos. Con esta sangre no caben frivolidades ni
mezquindades.
En fin, gocémonos en la novedad del vino nuevo que nos trae Jesús. Es el Espíritu que hace nuevas
todas las cosas.
Conrado Bueno, cmf