Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 22, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu
de Dios; en cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo * El
Señor es justo en todos sus caminos. * Sé quién eres: el Santo de Dios
Textos para este día:
1 Corintios 2, 10b-16:
Hermanos: El Espíritu lo sondea todo, incluso lo profundo de Dios. ¿Quién conoce lo
íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Pues, lo
mismo, lo íntimo de Dios lo conoce sólo el Espíritu de Dios. Y nosotros hemos
recibido un Espíritu que no es del mundo, es el Espíritu que viene de Dios, para que
tomemos conciencia de los dones que de Dios recibimos.
Cuando explicamos verdades espirituales a hombres de espíritu, no las exponemos
en el lenguaje que enseña el saber humano, sino en el que enseña el Espíritu,
expresando realidades espirituales en términos espirituales. A nivel humano, uno
no capta lo que es propio del Espíritu de Dios, le parece una necedad; no es capaz
de percibirlo, porque sólo se puede juzgar con el criterio del Espíritu. En cambio, el
hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, mientras él no está sujeto al
juicio de nadie. "¿Quién conoce la mente del Señor para poder instruirlo?" Pues
bien, nosotros tenemos la mente de Cristo.
Salmo 144:
El Señor es clemente y misericordioso, / lento a la cólera y rico en piedad; / el
Señor es bueno con todos, / es cariñoso con todas sus criaturas. R.
Que todas tus criaturas te den gracias, / Señor, que te bendigan tus fieles; / que
proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, / la gloria y majestad de tu reinado. / Tu
reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es fiel a sus palabras, / bondadoso en todas sus acciones. / El Señor
sostiene a los que van a caer, / endereza a los que ya se doblan. R.
Lucas 4, 31-37:
En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de la Galilea, y los sábados
enseñaba a la gente. Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba
con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y
se puso a gritar a voces: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido
a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios". Jesús le intimó: "¡Cierra la boca y
sal!" El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin
hacerle daño. Todos comentaban estupefactos: "¿Qué tiene su palabra? Da órdenes
con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen". Noticias de él iban
llegando a todos los lugares de la comarca.
Homilía
Temas de las lecturas: A nivel humano, uno no capta lo que es propio del Espíritu
de Dios; en cambio, el hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo * El
Señor es justo en todos sus caminos. * Sé quién eres: el Santo de Dios
1. Conocimiento Espiritual
1.1 Una de las frases que más me han impresionado y han marcado mi vida la leí
en la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, en el tratado sobre la fe. Dice
este santo Doctor de la Iglesia que la fe es una perfección de la inteligencia,
precisamente porque le permite alcanzar noticia y certeza de lo que por sus propias
fuerzas no podría lograr. En contra, pues, de la opinión común, según la cual la fe y
la razón se oponen, Santo Tomás enseña que la perfección de la razón se logra
mediante la fe, don del Espíritu Santo que le permite conocer con certidumbre
cosas que no podría demostrar completamente. Es de hecho lo que el apóstol San
Pablo declara en la primera lectura de hoy.
1.2 El conocimiento o sabiduría "en el Espíritu" no es otra cosa que la acción del
Espíritu Santo en nuestro entendimiento. No se trata, sin embargo, de una especie
de "dictado," como si todo consistiera en infundir unas palabras o frases ya hechas
dentro de la cabeza de los profetas, los apóstoles o los evangelistas. Las palabras
adquieren sentido y significado gracias a las experiencias que las acompañan. El
ejemplo comúnmente mencionado es el del color: ¿qué sentido alcanza la palabra
rosado para un ciego de nacimiento? De modo que cuando hablamos de la acción
del Espíritu Santo al inspirar o revelar algo del misterio de Dios, es decir, al
concedernos "inteligencia espiritual" estamos hablando no de un discurso bien
armado con términos más o menos esotéricos o "sobrenaturales," sino que
hablamos de una experiencia interior de gracia que es previa y luego de la
capacidad de expresar por medio de analogías y comparaciones aquello que Dios ha
hecho en el alma de los creyentes. El culmen de este don maravilloso es lo que
Pablo describe con una expresión inaudita, que hemos oído en la primera lectura de
hoy: "nosotros poseemos el modo de pensar de Cristo."
2. Vivan como hijos de la luz
2.1 ¡Qué bueno es Jesús! Él mismo explica su propia misión: "El Espíritu del Señor
está sobre mí porque me ha consagrado para... dar vista a los ciegos" (Lucas 4,18).
¿Quiénes son los ciegos? Son aquellas personas a quienes nos referíamos: las que
son espiritual, emocional y psicológicamente ciegas; las que no saben de dónde
vienen, dónde están ni adónde deberían dirigirse; están emocionalmente
paralizadas. Pero Jesús dijo, "He venido al mundo para que los que crean en mí no
se queden en la oscuridad" (Juan 12,46).
2.2 ¡Qué hermosa, qué espléndida, qué bondadosa es esta labor! Para definirla
usamos una palabra llamativa —evangelización— pero lo que realmente significa es
dar vista a los ciegos. ¡Qué incomparable acto de amor y bondad es iluminar el
camino de alguien que se encuentra perdido en las tinieblas! ¡Qué inmenso acto de
amor es proclamar junto con San Pablo: "Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero
ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz" (Efesios 5,8)!
2.3 Pero no es solamente el haber pasado de la oscuridad a la luz. Es más que eso.
Es haber dejado de ser oscuridad para empezar a ser luz en este mundo. San Pablo
añade: "Pórtense como quienes pertenecen a la luz. Despiértate, tú que duermes;
levántate de entre los muertos y Cristo te alumbrará" (Efesios 5,8.14).
2.4 Esta es la razón por la cual decimos que el Evangelio es una buena noticia.
Porque ahora podemos vivir en la luz. No hay la menor duda de que la
evangelización es el supremo servicio cristiano de enseñar, a los que están
espiritualmente ciegos, a suplicar al Señor tal como el ciego del Evangelio: "Señor,
quiero recobrar la vista" (Lucas 18,41). ¡Si le pidieran al Señor con estas palabras,
cuántos ciegos empezarían a ver!
Fr. Nelson Medina, O.P.