Lectio Divina: 21º Domingo De Tiempo Ordinario B
Autor: P. Chuno, C.M.
Ambientación:
Oración inicial
1. Lectio: ¿Qué dice el texto?
2. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
3. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
4. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Oración final
LA PALABRA HOY: Josué 24,1-2.15-18; Salmo 33; Efesios 5,21-32; Juan 6,60-69
Ambientación: Biblia, cirio, frase: Tú tienes palabras de vida eterna.
Cantos sugeridos: Jesús te seguiré; ¿A quién enviaré?
Ambientación:
La Palabra del Señor es como una espada de doble filo: corta por todos lados. La
fuerza de su Espíritu nos obliga a elegir entre las obras de la carne, que San Pablo
llama las del hombre viejo, y las del espíritu, es decir, las del hombre nuevo. El
Señor sigue proponiéndonos hoy palabras de vida eterna que nos ponen en
situación de optar con fe por un camino de vida o decidirnos por una ruta que
conduce a la muerte.
Oración inicial
Seor Jesús, …¿a quién iremos?,
Tú tienes palabras de vida…
Hoy volvemos a repetir esta pregunta,
sabiendo que solamente Tú
puedes darnos la plenitud de vida,
el sentido de todo lo que somos y hacemos.
Señor, llegamos a ti,
con toda confianza,
pidiéndote la gracia de entender tu Palabra,
de comprender lo que Tú quieres de nosotros,
de conocer la voluntad de tu Padre,
para que siguiéndote,
encontremos la vida que Tú nos das.
Por eso, Señor, te pedimos tu gracia y tu ayuda,
para que como Pedro te digamos:
…slo Tú tienes Palabras de vida eterna…
y así vivamos con más alegría y convicción
nuestro seguimiento y adhesión a ti.
Que así sea. AMEN.
1. Lectio: ¿Qué dice el texto?
Jn 6, 60-69
Motivación: Después del discurso del pan de vida, muchos discípulos se
escandalizan de lo que Jesús predica y deciden abandonar su seguimiento. El Señor
se dirigirá a los Doce para preguntarles si también ellos se quieren ir. Jesús se
presenta como el Pastor que el pueblo no tiene, pero se encuentra con la
resistencia de algunos. Como dirá Pedro, el saber quién es Jesús convierte su
discurso en palabras de vida eterna. ¿A quién, pues, vamos a acudir? Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Qué razones dan los discípulos para abandonar a Jesús?
¿Qué reacción provoca en los judíos? ¿De qué discuten?
¿Cómo reacciona Jesús al saber que los discípulos no aceptan su enseñanza?
¿Qué papel juega el Espíritu en la respuesta de Jesús?
¿Qué pregunta el Señor a los Apóstoles? ¿Cuál es la respuesta de Pedro? ¿Qué
expresan sus palabras?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 4,18-19; Mt 16,13-20; Jn 21,15-17;
Hch7,38; Hch 3,14.
2. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el texto?
Motivación: Las crisis en lo vida de fe son inevitables. Más aún, son momentos
privilegiados que nos invitan a tomar una decisión, a definir nuestro modo de ser y
de estar en la vida ante Dios y ante los demás. El texto de hoy nos puede ayudar a
superar esos momentos, manteniéndonos fieles a Jesús cuando muchos le
abandonan.
Muchos discípulos se retiraron y ya no iban con él. ¿En qué momentos de tu vida
has sentido la tentación de hacer lo mismo? ¿Qué o quiénes te ayudaron a seguir
adelante? ¿Qué opción de vida te viste obligado a tomar?
¿Cuáles son las cosas que nos hacen echarnos atrás en el camino de seguimiento
del Señor?
¿Qué palabras de Jesús son duras para nosotros? Comparte las exigencias del
seguimiento que más te cuestan vivir.
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
3. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Puesto que el Padre es el único que puede darnos la fe necesaria para
aceptar el misterio que se encierra en Jesús, el Hijo de Dios, y el Espíritu el que da
la vida, vamos a invocar a la Trinidad para que la escucha esta palabra de hoy se
convierta en vida gozosa, alegre y contagiosa dentro de nosotros mismos y para
quienes nos rodean.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo
(Salmo 33).
4. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Hablando de la humildad a los misioneros, San Vicente recuerda las
palabras de Jesús y les exhorta a asumir las exigencias del seguimiento, buscando
en ello hacer la voluntad de Dios:
“Es duro este lenguaje”. Ciertamente, esto es muy duro; pero, cuando se dice que
se trata de hacer todo esto por amor de Dios y que Dios ha ligado grandes ventajas
a la práctica de la humildad, como por ejemplo, que los últimos serán los primeros
y los que se hagan pequeños serán los más grandes, y que los que se humillan
serán exaltados, todo esto tiene que animarnos en la adquisición de esta virtud. Por
tanto, yo quiero abrazarme con ella, con la gracia de Dios, puesto que él así lo
quiere. Haremos algo muy agradable a sus ojos si nos decidimos todos a
practicarla, no ya por algún tiempo, sino para siempre, renovando frecuentemente
nuestra intención, que es la de honrar a Dios, glorificarle, darle gusto y amarlo. No
hay nada tan importante como la voluntad de Dios, nada más emocionante que el
pensamiento de su bondad y de sus deseos, nada que nos dé tantas fuerzas como
decir: “Quiero humillarme por un Dios que me ama; quiero esta humillacin por él”.
(XI,488)
Compromiso:
Hacer una relacin de las palabras de Jesús que me resulten “duras” e intentar
vivirlas con humildad a lo largo de la semana .
Oración final
Hoy te reconocemos, Padre, como el Dios de la vida en medio de un mundo que
prefiere ídolos de barro y de muerte.
¿A quién iremos, Señor? Sólo tú tienes palabras de vida eterna, es decir, garantía y
seguridad absolutas frente a las dudas y miedos que nos invaden y los engaños que
quieren dominarnos.
Dios Señor nuestro, que nos amas como a hijos tuyos con ternura de padre,
atráenos a Cristo con el don de la fe, para que creamos en él con firmeza y con
apertura al hermano.
En ti, Señor, hemos puesto nuestra total confianza.
No permitas que cedamos a la tentación del miedo vergonzante, sino mantennos
firmes en nuestra opción por Jesucristo. Amén.
Con permiso de somos.vicencianos.org