“SEAN FUERTES, NO TEMAN: AHÍ ESTÁ SU DIOS! EL MISMO VIENE A
SALVARLOS! “ENTONCES….SE DESTAPARÁN LOS OÍDOS DE LOS
SORDOS!…EL SEÑOR AMA A LOS JUSTOS, EL SEÑOR PROTEGE A LOS
EXTRANJEROS.” “¿NO ESTÁN HACIENDO ACASO DISTINCIONES ENTRE
USTEDES Y ACTUANDO COMO JUECES
MALINTENCIONADOS?”.. “ABRETE”. “TODO LO HA HECHO BIEN”
HACE OÍR A LOS SORDOS Y HABLAR A LOS MUDOS”
Reflexión desde las Lecturas del Domingo XXIII Ciclo B
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. ¡NO MÁS SORDERA! … OÍR PARA ENTENDER LA PALABRA...!
BASTA DE MUDEZ! PARA PODER PROCLAMARLA.
He aquí un milagro que necesitamos que se repita abundantemente en nuestras
comunidades cristianas y en cada uno de nosotros. En el ritual del bautismo se
repite este gesto de Jesús para significar que al recién bautizado se le abre el oído
para entender la Palabra de Dios y se le suelta la lengua para poder proclamarla.
Los ya bautizados necesitamos que Cristo quebrante nuestra “sordera” para que su
palabra cale de verdad en nosotros y nos transforme, y para que no seleccionemos
unas palabras y dejemos otras según nuestro gusto o convivencia. Cada vez que
escuchamos el evangelio deberíamos darnos cuenta de que somos “sordos”, y
pedir a Cristo que nos espabile el oído, para ponernos ante Él en actitud
incondicional.
Ya no es posible que sigamos “sordos” al evangelio –o por lo menos a muchas de
sus palabras – igualmente lo es que seamos “mudos” para proclamarlo. Y está bien
de una Iglesia de “mudos”, es decir, de bautizados que no sienten el deseo y el
entusiasmo de anunciar gozosamente a su alrededor la Buena Noticia del amor de
Dios a los hombres con obras y palabras. Los no creyentes tienen derecho a
escuchar de nosotros la Palabra de salvación y a recibir el testimonio que la
confirme.
El Señor quiere abrir los ojos de los ciegos, destapar los oídos a los sordos y hacer
hablar a los mudos. En estos milagros, Cristo quiere, ciertamente, realizarlo en
nosotros. Si curó al sordomudo es para hacernos creer que quiere curar otra
“sordera” y otra “mudez” más profunda. La única condicin es que nos
reconozcamos “sordos” y “mudos”, necesitados de curacin, y que lo pidamos con
fe. En el relato de hoy, Jesús hace el milagro porque se lo piden. Si pedimos de
verdad, también nosotros veremos cosas grandes. “El todo lo ha hecho bien”.
2. PRIMERA LECTURA
El profeta Isaías, a través de ejemplos concretos, describe cómo Dios renueva la
esperanza de su pueblo. Los hombres siempre hemos soñado con un mundo mejor.
El autor de este libro bíblico, nos dice que ese mundo será obra exclusiva del
Señor, al venir él mismo a juzgar y salvar. Para la Nueva Alianza, este don de Dios
no puede ser acogido sino por los hombres que se deciden a colaborar con él. La
tarea es clara: para construir con Dios un mundo mejor es necesario también
triunfar de la guerra, del hambre y de toda clase de opresiones.
Lectura del libro de Isaías. Is 35, 4-7
Digan a los que están desalentados: “Sean fuertes, no teman: ahí está su
Dios! Llega la venganza, la represalia de Dios: El mismo viene a salvarlos!
“Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los
sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los mudos
gritará de júbilo. Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la
estepa; el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en
manantiales.
3. ISAÍAS.
El nombre de Isaías (en hebreo Yesa'yahu) significa etimolgicamente “Dios salva,”
y parece reflejar simblicamente la misin de “salvacin” del gran profeta escritor.
En la nota introductoria al libro que lleva su nombre se dice que es hijo de Amos,
que no es el profeta conocido con este nombre (esto se basa además porque las
grafías de ambos nombres en hebreo no coinciden). Aunque no sabemos cuándo
nació Isaías, sin embargo, podemos suponer que fue hacia el 770 antes de Cristo,
pues hacia el 740 aparece ya predicando en Jerusalén, lugar de su nacimiento. El
estilo selecto de su lenguaje nos hace suponer también que era de la clase alta de
la sociedad jerosolimitana. Su vocación al ministerio profético tuvo lugar — según la
indicación del libro que lleva su nombre — en el año en que murió el rey de Judá
Azarías, llamado también Ozías; es decir, hacia el 740 antes de Cristo.
La idea central de la predicación isaiana es — como luego veremos — la de la
“santidad” de Dios, que exige también una atmsfera de “santidad” en el pueblo
elegido. Por eso, el título que enfáticamente da el profeta a Yahvé es del “Santo de
Israel.” Toda su vida fue consagrada a esta misin de preparar al pueblo
espiritualmente para que fuera “santo,” en consonancia con las exigencias de la
“santidad” divina. Y su labor no slo se limit a la predicacin en el pueblo, sino que
tuvo intervenciones solemnes, como consejero, en los momentos críticos de la vida
política de Judá.
Así, el procuró reanimar al rey Acaz ante la invasión del ejército siro-efraimita.. En
su misión profética tuvo primero que hacer frente a la política antirreligiosa del impío
rey Acaz; con su sucesor Ezequías, las relaciones del profeta fueron cordiales, ya
que el rey era profundamente religioso, y procuraba seguir sus consejos. Al morir el
piadoso rey, Isaías tuvo que sufrir la persecución del impío y sectario rey Manasés,
hijo de Ezequías. Según la tradición judaica, el gran profeta fue aserrado por orden
del impío rey, perseguidor de los que amaban al Señor.
4. FELICIDAD DE LOS TIEMPOS MESIÁNICOS.
Esta Lectura que leemos hoy, un pequeño fragmento del capítulo 35, el profeta
presenta el cuadro deslumbrador de los tiempos mesiánicos en la tierra de Israel,
transformada en el más bello de los vergeles. La imaginación poética no tiene
límites en esta descripción, y la amplificación es llevada hasta el extremo. En
realidad, todo este cuadro deslumbrador no es sino un pálido reflejo de la realidad
sobrenatural del mundo de la gracia en los tiempos mesiánicos, y si la naturaleza
material no se transformó con el advenimiento del Mesías, el alma de los
ciudadanos de la nueva teocracia mesiánica recibió un germen divino que va
transformando como un fermento la humanidad. De ahí que podemos decir que las
descripciones arrebatadoras de los profetas se quedaron cortas respecto de la
grandeza y belleza de los tiempos mesiánicos.
Comienza este capítulo 35, con la transformación de la naturaleza, en una tierra
tradicionalmente árida como el desierto y la estepa de Palestina; “Que el desierto y
el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor; estalle en flor y
se regocije hasta lanzar gritos de júbilo. La gloria del Líbano le ha sido dada, el
esplendor del Carmelo y del Sarón. Se verá la gloria del Señor, el esplendor de
nuestro Dios”. (Isaías 35, 1-2). Los futuros ciudadanos serán testigos de esta
manifestación gloriosa del Señor, nuestro Dios y luego Isaías los anima a los
temerosos; “Digan a los que están desalentados: Sean fuertes, no teman: ahí
está su Dios!”, ya que los contemporáneos del profeta estaban apesadumbrados y
pesimistas, sumidos en la mayor apocamiento y temerosos por efecto de tantas
calamidades. Esta profecía, pues, no tiene otro fin que fortalecer a los pusilánimes
con la esperanza de la pronta manifestación del Señor. La venida del Señor traerá
la salvación y la liberación definitiva. Su aparición será el principio de una
transformación de los hombres y de la misma naturaleza. Nada defectuoso formará
parte del nuevo estado de cosas, pues todo el que esté tratado será
automáticamente corregido en su defecto; ”se abrirán los ojos de los ciegos y se
destaparán los oídos de los sordos…. y la lengua de los mudos gritará de
júbilo”. Todo esto se cumplió materialmente en las curaciones realizadas por
nuestro Señor Jesucristo, el Mesías ansiado de los profetas. Con todo, la
imaginación profética no siempre se atiene a la realidad desnuda, sino que va
sembrando esperanzas y, en ansias del futuro, se desborda en imágenes que
muchas veces no tendrán realidad histórica; pero el mensaje sustancial de los
vaticinios permanece, es decir, su contenido espiritual.
En esa naturaleza transformada del desierto (tierra abrasada) habrá una vía santa o
calzada sagrada para los peregrinos que retornen a Sión y para facilitarles el viaje y
hacerles agradable el itinerario ”brotarán aguas en el desierto” transformando “la
tierra sedienta en manantiales”.
5. EL ANUNCIO DE UNA PALABRA DE CONSUELO,
La prosperidad y la fecundidad de Israel, fruto de la radical transformación llevada a
cabo por la intervención divina, celebran la magnificencia y el poder de Dios. Los
que han sufrido las atrocidades de la opresión enemiga reciben el anuncio de una
palabra de consuelo, una palabra que les invita a tener ánimo porque Dios
intervendrá en su ayuda. La venida de Dios castiga a los culpables y premia a los
inocentes, según la ley del talión, “Llega la venganza, la represalia de Dios”
La salvación divina aparece descrita, sobre la base de la doctrina de la retribución
temporal, como una curación completa de las enfermedades físicas,
porque: “Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos
de los sordos; entonces el tullido saltará como un ciervo y la lengua de los
mudos gritará de júbilo” . También la naturaleza recibe una nueva vitalidad: el
desierto y la estepa reciben un riego abundante, la tierra árida se vuelve rica en
manantiales: ”Porque brotarán aguas en el desierto y torrentes en la estepa; el
páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales”.
Los profetas contemplan esa perspectiva ideal para expresar el cumplimiento de la
expectativa mesiánica. El Mesías que ha de venir inaugurará unos tiempos en los
que no habrá más sufrimiento y hasta la muerte será destruida. Jesús asumirá los
signos de la curación radical del hombre, para introducir a sus oyentes en la
comprensión de la verdad de su persona y de su misión; ¿Eres tú el que ha de
venir, o debemos esperar a otro? Jesús les respondió: Id y contad a Juan lo que
oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los
sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva”
(Mateo 11,4-6).
6. SALMO
En respuesta a la promesa del Seor, el salmo “alaba al Seor” por las maravillas
que obra con los que sufren. Participamos de esta oración, aclamando: ¡Alaba al
Señor, alma mía!
Sal 145, 7-10
¡Alaba al Señor, alma mía!
El Señor hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor
libera a los cautivos.
Abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor
ama a los justos, el Señor protege a los extranjeros.
Sustenta al huérfano y a la viuda; y entorpece el camino de los malvados. El
Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones.
7. LA CONFIANZA DEL HOMBRE MERECE ESTAR SOLO EN
DIOS
En esta bella composición poética se contrapone la suerte del que confía solo en el
hombre y la del que confía sólo en Dios. Es el primero de los cinco salmos
“aleluyáticos” que cierran el Salterio. La versin de los LXX los atribuye “a Ageo y a
Zacarías” como el salmo 138. El versos inicial de este salmo, “Alaba al Seor,
alma mía!”, se repite en otros salmos y textos bíblicos; por eso el salmo no se
destaca por su originalidad, no obstante, quiere destacarse que la confianza del
hombre merece estar solo en Dios
El salmista inicia su poema animándose a sí mismo a alabar al Señor, la idea
central del salmo es la confianza en Dios, de quien únicamente puede venir el
auxilio seguro al ser humano. Especialmente muestra su solicitud y favor con los
necesitados: El Señor hace justicia a los oprimidos y da pan a los
hambrientos. El Seor libera a los cautivos”.
En consecuencia, es inútil confiar en poderes humanos, por muy altos que sean,
pues los mismos príncipes dejan de existir y después de la muerte no pueden
prestar ayuda a nadie. Sólo el Dios de Jacob puede inspirar verdadera confianza,
pues es el mismo que ha formado los cielos y la tierra, y, por otra parte, es fiel a sus
promesas da protección a sus devotos. Sustenta al huérfano y a la viuda; y
entorpece el camino de los malvados”.
Ese Dios providente y justo tiene su morada en Sión y desde ella mantiene su
dominio por la eternidad. “El Seor reina eternamente, reina tu Dios, Sin, a lo
largo de las generaciones” El salmista no menciona las promesas de
engrandecimiento hechas a la ciudad santa, pero, conforme a los vaticinios
proféticos, exalta la situación privilegiada de Jerusalén, centro de la teocracia
hebrea
8. SEGUNDA LECTURA
El cristiano no debe marginar a los pobres e ignorantes, si pretende ser coherente
con su fe. Santiago reacciona con vehemencia frente a la discriminación sufrida por
los pobres en las asambleas litúrgicas. Dicha costumbre contradice
descaradamente el espíritu de Cristo. La dignidad de los pobres es escarnecida,
cuando son ellos precisamente los elegidos con predilección. Y Santiago no se
cansa de proponer el remedio: la fe en Jesucristo no tolera que se mezcle con ella
la acepción de personas, pues a su luz, todos deben alinearse entre los pobres.
Aún más, la igualación litúrgica obliga a buscar la igualación en todo el ámbito de la
convivencia humana. ¿Seguimos discriminado como jueces mal intencionados?
Lectura de la carta de Santiago Sant 2, 1-7
Hermanos, ustedes que creen en nuestro Señor Jesucristo glorificado, no
hagan acepción de personas. Supongamos que cuando están reunidos, entra
un hombre con un anillo de oro y vestido elegantemente, y al mismo tiempo,
entra otro pobremente vestido. Si ustedes se fijan en el que está muy bien
vestido y le dicen: “Siéntate aquí, en el lugar de honor”, y al pobre le dicen:
“Quédate allí, de pie”, o bien: “Siéntate a mis pies”, no están haciendo acaso
distinciones entre ustedes y actuando como jueces malintencionados?
Escuchen, hermanos muy queridos: ¿Acaso Dios no ha elegido a los pobres
de este mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos del Reino que
ha prometido a los que lo aman? Y sin embargo, ¡ustedes desprecian al
pobre! ¿No son acaso los ricos los que los oprimen a ustedes y los hacen
comparecer ante los tribunales? ¿No son ellos los que blasfeman contra el
Nombre tan hermoso que ha sido pronunciado sobre ustedes?
Palabra de Dios.
9. SANTIAGO
Santiago se muestra gran conocedor del Antiguo Testamento y de las enseñanzas
de Jesucristo, del que toma sus ejemplos, frases, pensamientos y sentencias. Es
decir, la doctrina y el espíritu de la Carta de Santiago, muestran claramente que su
autor es un discípulo apasionado de Jesucristo, que recuerda a los fieles las
enseñanzas del Maestro. Para conocer más sobre el autor de esta carta, ver la
publicación que he puesto en este link: http://www.caminando-con-
jesus.org/CRONICAS/SANTIAGO.htm
10. DIOS NO HA ELEGIDO A LOS POBRES DE ESTE MUNDO
PARA ENRIQUECERLOS EN LA FE
Santiago pide a los cristianos que no contradigan la fe profesada con un
comportamiento incoherente. Interpelando directamente a los destinatarios de la
carta, les invita a no caer en la práctica de favoritismos basándose en la riqueza:
atenciones con los ricos y sin ninguna consideración con los pobres: “Si ustedes
se fijan en el que está muy bien vestido y le dicen: “Siéntate aquí, en el lugar
de honor”, y al pobre le dicen: “Quédate allí, de pie”, o bien: “Siéntate a mis
pies”, no están haciendo acaso distinciones entre ustedes y actuando como
jueces malintencionados? . Quien muestra semejante actitud demuestra no creer
en Jesucristo, Señor de la gloria; “nuestro Seor Jesucristo glorificado” ; son
otros sus “seores”: el primero de todos la riqueza. Esta es la primera asechanza,
contra la cual no se cansaron de lanzar denuncias los profetas (cf Am 6,1-7; Is 5,8-
 
12; Miq 2,1 ss), sintetizadas por Jesús en esta advertencia categórica: “No podéis
servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24).
A Jesús se le llama aquí como el Señor de la gloria, “nuestro Seor Jesucristo
glorificado”, porque su cuerpo, después de la resurrección, es un cuerpo
glorificado y también porque es la revelación de la gloria del Padre. La gloria, signo
de la presencia de Dios en medio de su pueblo, se ha hecho carne en Jesús, se ha
hecho visible (cf. Jn 1,14). Practicar discriminaciones significa no reconocer esta
manifestación de Dios y no acoger la consiguiente revelación de que todos los
hombres, criaturas suyas, son iguales. Esto es algo particularmente grave, dado
que tiene lugar con ocasión de las celebraciones litúrgicas; “Supongamos que
cuando están reunidos, entra un hombre con un anillo de oro y vestido
elegantemente, y al mismo tiempo, entra otro pobremente vestido”, o sea,
precisamente cuando más evidente tenía que ser la identidad cristiana de la
comunidad, en su unidad con Dios y entre los miembros que la componen. Los
cristianos que practican el favoritismo demuestran que siguen teniendo una
mentalidad mundana, alejada de la que se configura con el modo de obrar de Dios,
y por eso no es auténtico el culto que le tributan, porque como dice el mismo
Santiago; La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los
huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo.
(Santiago 1,27).
Dios escoge a los pobres y le da la vuelta a su condición, enriqueciéndoles con la fe
en este mundo y dándoles después la vida eterna; “Acaso Dios no ha elegido a
los pobres de este mundo para enriquecerlos en la fe y hacerlos herederos
del Reino que ha prometido a los que lo aman?”. A lo largo de toda la
revelación, aparece de manera constante la preferencia de Dios por los pobres, o
sea, por esos que, sin buscar la seguridad en el poder o en los bienes terrenos,
cuentan sólo con él; por esos que, indefensos y despreciados, “los que lo aman” ,
es decir, viven con él en un clima de confianza, de confidencia, de agradecimiento.
11. EVANGELIO
La curacin del sordomudo es un “signo” de la predileccin de Dios por los que
sufren. Marcos presenta a Jesús frente a un sordomudo. Bastaría una palabra para
sanarlo, pero la pedagogía de la fe exige un ritual de detalles personalizados. El
Maestro se detiene, recibe al enfermo, mete los dedos en los oídos del sordo, toca
su lengua y produce la palabra liberadora: “Efatá”. Los gestos realizados por el
Maestro nada tienen que ver con la magia, sino que son un intento de comunicarse
con el enfermo para que éste sea consciente de la acción milagrosa. Y es que el
milagro sólo es significativo para el que ya cree. La lección es clara: se necesita
una larga iniciación en la fe, para poder escuchar la Palabra y estar en disposición
de proclamarla.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 7, 31-37
Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar
de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. Entonces le presentaron a
un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Jesús lo separó de la
multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva
le tocó la lengua. Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo:
“Efatá”, que significa: “Abrete”. Y en seguida se abrieron sus oídos, se le
soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. Jesús les mandó
insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos
más lo proclamaban y, en el colmo de la admiracin, decían: “Todo lo ha
hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos”!.
Palabra del Señor.
12. “OIR LA PALABRA REVELADORA Y COMUNICARLA A SU
VEZ”
Este es un relato sobre la curación del sordo, es propio del Evangelio de Marcos.
Un pobre hombre que es sordomudo, recobra el pleno uso de sus facultades
auditivas, a partir de ese milagro, el podrá escuchar la Palabra reveladora y
comunicarla a su vez, por lo que se convierte en signo de aquel que se abre a la
acogida del misterio de Jesucristo. El hombre que recibe el milagro es un pagano
que ha sido llevado a Jesús “cuando Jesús volvía de la regin de Tiro, pasó por
Sidn y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis” ,
hasta donde había llegado la fama del Maestro por sus prodigios.
Marcos no se refiere a la fe del que recibe el milagro ni del que le
acompaña; “Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le
impusiera las manos” : es la totalidad de la persona del hombre la que se abre a la
fe y al reconocimiento de quien le cura. Jesús obra el milagro apartándolo de la
gente; “Jesús lo separ de la multitud y, llevándolo aparte”, mandando guardar
silencio sobre lo ocurrido; “insistentemente que no dijeran nada a nadie” :
En virtud de la enorme admiración provocada por el milagro; en el colmo de la
admiración, la muchedumbre no guarda silencio.
13. ENTONCES LE PRESENTARON A UN SORDOMUDO
Aunque el relato no dice con precisión donde se encuentra Jesús, sin embargo
podemos entender que andaba por tierras paganas y que viene de regreso a su
tierra. Entonces le trajeron un hombre sordo y también con un defecto para hablar,
tal como dice el Evangelio, sordomudo. Y le rogaban que, para curarle, en
especial le pidieron que le impusiera las manos”. Era gesto familiar a Cristo: “a
quienes cur imponiéndoles las manos” (Mc 6:5) Igualmente era usado como gesto
de transmisión de poderes y autoridad con el que los rabinos comunicaban el
magisterio oficial a sus alumnos, lo mismo que signo de transmisión de bendiciones
(Gen 48:14ss). Posiblemente estos que traían al enfermo creían que fuese
condición esencial para la curación este gesto, pues era de uso tradicional (2 Re
5:11). Otro sentido se expone: Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y
glorificaba a Dios. (Lc 13:13.)
El Señor “separ de la multitud” y se apartó con este sordomudo, probablemente
le acompañaron, como en otras ocasiones, algunos discípulos. Quería
manifiestamente evitar con ello la conmoción que iba a producirse, con las posibles
consecuencias de sobreexcitación mesiánica.
Ya aparte, “le puso los dedos en las orejas” de aquel sordo, como para indicar
que iba a abrirlos, y con su saliva le toc la lengua” , como para indicar que
quería facilitar otra vez la forma correcta del hablar a aquella persona. Estos gestos
podían hacer pensar a gentes paganas o judías en ciertos ritos mágicos. Los
rabinos tenían terminantemente prohibido a todos los que curaban heridas
entremezclar con ello el susurro de palabras, menos aún de versículos bíblicos,
máxime si esto se hacía utilizando saliva, ya que a ésta se le concedían ciertas
virtudes curativas. La saliva era considerada en la antigüedad como remedio
medicinal. En Cristo, esto no era otra cosa que una especie de parábola en acción,
con la que indicaba lo que iba a realizar, y con lo que excitaba la fe de aquel sordo,
ya que con palabras no podía hacerlo.
14. LEVANTANDO LOS OJOS AL CIELO, SUSPIRÓ Y LE DIJO:
“EFATÁ”
Pero, antes de pronunciar su palabra curativa de autoridad, quiso acusar bien que
no eran ritos mágicos, sino obra del Padre; así es como en el Evangelio
dice: levantando los ojos al cielo, suspir y le dijo: “Efatá”, que significa:
“Abrete”. En Efecto, Jesús “mir al cielo,” como indicando la fuente de la curacin
que iba a venir, y luego “gimi”, sin duda, como forma de su oracin silenciosa al
Padre: “nosotros mismos gemimos en nuestro interior” (Rom 8:23). Y dio la orden
de la curación: “Efatá”, que Marcos conservó como un recuerdo gráfico y exacto de
aquella escena en su forma aramaica, y que luego la explica traduciéndola; que
significa: “Abrete ”.
Y el milagro se hizo. La frase con la que Marcos dice que se curó su mudez es la
siguiente: “Y en seguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó
a hablar normalmente”. ” Talvez los hace para sealar que la mudez de este
hombre había sido producida por un defecto natural, ya que no expresa como en
otras ocasiones que sea producto de alguna posesión diabólica ni a ningún espíritu
extraño.
15. JESÚS LES MANDÓ INSISTENTEMENTE QUE NO DIJERAN
NADA A NADIE
Jesús insiste en que no lo dijesen a nadie; no en vano le había apartado de la
multitud. Buscaba con ello evitar prematuros y desorbitados movimientos
mesiánicos. Pero no hicieron caso. ¿Por qué prohíbe divulgarlo? Para que viesen
que El cumplía el plan del Padre y que no buscaba ni precipitaba estos
acontecimientos. Tenía que esperar a su “hora.”
La emoción mesiánica de la turba se desbordó. Y corrió por la comarca,
evocándose este mesianismo, al citar y aplicar Marcos a Jesucristo unas palabras
que evocaban las que Isaías dice del Mesías: El mismo viene a salvarlos!
“Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los
sordos” (Is 35:5.6). Y que fue la respuesta que, para probar en cierta ocasión su
mesianismo, Cristo mismo alegó a los mensajeros del Bautista que venían a
preguntarle si El era el Mesías: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a
otro? Jesús les respondió: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los
cojos andan,……y los sordos oyen”. (Mateo 11,4-6).
16. TODO LO HA HECHO BIEN
Finalmente el relato dice: “ en el colmo de la admiracin”. La admiración está
expresada con una afirmación que recuerda los relatos de la creación y de la
liberación de la esclavitud. “Todo lo ha hecho bien”, por lo que se remite a la
expresión del libro del Génesis según la cual Dios vio que eran buenas todas las
cosas creadas. Jesús, por tanto, lleva a cabo una nueva creación y la salvación
definitiva.
Así como el Señor: “Todo lo ha hecho bien”, a nosotros también nos corresponde
hacer las cosas bien, y hacer el bien, es lo que espera el Señor de nosotros, en
especial que nos pongamos en la manos del Señor Jesús, para no ser sordos y
poder oír la Palabra de Dios, para poder oír las enseñanzas del Evangelio, como
del mismo modo ponernos en las manos de Jesús y comprometernos a no
enmudecer nuestros labios y predicar sus enseñanzas tal cual el nos lo ha
pedido, “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”
(Mc 16)
Pero es bueno hacer el bien en todo tipo de cosas, no solo en las más importantes,
también en las cosas simples y sencillas, en las cosas ordinarias de cada día, pero
también hacerlas con las modestia que lo hace Jesús, que tomo el enfermo y lo
llevo a un lugar aparte, porque si hacemos el bien es para agradar al Padre,
conciente que todo lo bueno en nosotros viene de Dios, ya que todo lo perfecto es
del Seor, y sin su ayuda, nada podemos hacer, es así como dice el Seor: “Yo soy
la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho
fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.” (Jn 15,5)
El Señor les Bendiga, Cristo Jesús, viva en nuestros corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Muchas veces dijo Jesús a la gente: “El que tenga oídos, que oiga”.
Reflexión a las Lecturas del Domingo XXIII Ciclo B
Publicado en este link: PALABRA DE DIOS
Fuentes Bibliográficas: Biblia Nácar Colunga y Biblia de Jerusalén
Algunos conceptos están tomados de los comentarios a los Evangelios por Manuel de Tuya, O. P.
Comentarios a las Epístolas Paulinas, por Lorenzo Turrado.
Biblia Comentada, Adaptación Pedagógica: Dr. Carlos Etchevarne, Bach. Teol.
Lectura de la Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.)
Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd.
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