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Día litúrgico: Lunes XXIV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 7,1-10): En aquel tiempo, cuando Jesús hubo acabado
de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm. Se encontraba mal y
a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído
hablar de Jesús, envió donde Él unos ancianos de los judíos, para rogarle que
viniera y salvara a su siervo. Éstos, llegando donde Jesús, le suplicaban
insistentemente diciendo: «Merece que se lo concedas, porque ama a nuestro
pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
Religión, "laicidad" y "laicismo"
Hoy, con esta escena, nos sumergimos en una atmósfera social de "entrañable
humanidad": un superior —extranjero— se preocupa por un subalterno; un grupo
de ancianos judíos acuden a Jesús intercediendo por la salud del siervo del
extranjero Y un elemento que los une: "él mismo nos ha edificado la sinagoga".
En la diversidad multiforme (de origen, cultura, posición social incluso de
religión), están unidos por el respeto a la "religiosidad".
La "laicidad positiva" procura la justa autonomía de lo político: evita el Estado
"confesional", pero asume el hecho profundamente humano de la religiosidad (el
"laicismo" lo margina). Es fundamental insistir en la distinción entre los ámbitos
"político" y "religioso" para tutelar tanto la libertad religiosa de los ciudadanos,
como la responsabilidad del Estado hacia ellos. Además, conviene destacar las
funciones insustituibles de la religión para la formación de las conciencias y su
contribución —junto a otras instancias— para la creación de un consenso ético de
fondo en la sociedad.
—Señor, a ti te adoramos y por las autoridades te rezamos.
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