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Repesca de septiembre
Domingo 24º del Tiempo Ordinario (Mc 8,27-35)
16 de septiembre de 2012
No hace tanto tiempo el mes de septiembre era también época de repesca para
estudiantes con materias pendientes. Este domingo vemos una escena en la que se nos
permite ver esa repesca casi otoal para pescadores. Los discípulos estaban contentos en
aquella comunidad que se iba forjando en torno a ese maestro excepcional. Pero de pronto,
Jesús quiere hacer una especie de sondeo: “¿Quién dice la gente que soy Yo?”. Y entonces
los discípulos fueron componiendo el mapa estadístico: Juan Bautista, Elías, uno de los
profetas. Eran los comentarios adivinadores de lo que la gente pensaba de Jesús.
Pero la estadística que más importaba a Jesús era lo que sus discípulos pensaban
sobre Él. Entonces Pedro hará una memorable confesin: “Tú eres el Mesías”. Pero Jesús,
acaso un tanto perplejo por una respuesta tan clara y tan justa, prohíbe divulgar esa verdad
que Pedro acaba de pronunciar: no convenía que se supiese, por el momento, que Jesús era
el Mesías, tal vez por las connotaciones políticas que tenía el mesianismo, y había que
purificarlo de falsas expectativas, pues de lo contrario podían esperar del Mesías Jesús lo
que Él no había venido a dar ni a ofrecer.
Por si acaso no hubieran comprendido, Jesús comenz a instruir a sus discípulos para
explicarles el alcance verdadero de su identidad mesiánica: “El Hijo del hombre tiene que
padecer mucho, tiene que ser condenado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados,
ser ejecutado, y resucitar al tercer día”. Fue como un jarro de agua helada ¿A qué viene esa
salida de tono con condena, ejecuciones y una incompresible resurreccin que ninguno
entendía?
Pedro, tal vez animado por su reciente éxito, tuvo un tropiezo con su Maestro:
increpando a Jesús quería salvar a su Salvador. Pero Jesús le responderá: “Apártate de mí,
Satanás. Tú piensas como los hombres, no como Dios”. Es un cambio de escena de un
dramatismo tremendo. Pedro, que pasa a ser casi al mismo tiempo alguien en quien habla
el Padre y alguien en quien grita Satanás, capaz de lo mejor y más bello... y de lo peor y
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo
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más horrendo. En esa agridulce y claroscura posicin nos encontramos todos, siendo tantas
veces testigos de la luz y la verdad y, si cambian las tornas, negociantes de la tiniebla y de
la mentira... al mejor postor.
Jesús termina con una invitacin sin ambages: su Verdad y misin, no nacen de
sondeos de opinin, ni dependen de un momento mejor o peor de sus discípulos. La
cuestin decisiva es poder responder quién es Jesús, en comunin con la Iglesia y todos los
testigos santos. Para esta respuesta no valen lo que otros digan, ni una retrica terica, sino
la que se hace seguimiento, compaía del Seor en lo concreto de la vida a la que cada
cual ha sido llamado. Para decir quién es Jesús para cada cual no valen las respuestas
prestadas, supone tener la experiencia de un encuentro.
Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo