XXVI Semana del Tiempo Ordinario (Año Par)
Padre Julio Gonzalez Carretti
SABADO
Lecturas bíblicas
a.- Jb. 42, 1-3. 5-6. 12-17: Ahora te han visto mis ojos; por eso me
retracto.
b.- Lc. 10, 17-24: Estad alegres, porque vuestros nombres están inscritos
en el cielo.
El evangelio tiene tres momentos: el regreso de la misión de los setenta discípulos
(vv.17-20); el evangelio revelado a los humildes (vv. 21-22), y el privilegio de los
discípulos de ver y escucharle a ÉL y su evangelio (vv. 23-24). De la misión
realizada por los setenta discípulos, se destaca el poder que ejercieron sobre los
demonios. Dominaron las enfermedades, los demonios, y los hombres obedecían la
palabra de Dios. Están llenos de alegría, porque habían gozado el Reino de Dios,
iniciado por Jesús. Invocaron a Jesús como Señor, al pronunciar su Nombre, con lo
cual reciben poder sobre los demonios. Su poder alcanza a sus discípulos para
vencer las potestades demoníacas, que ejercen su dominio sobre este mundo. Es el
triunfo del Reino de Dios sobre Satanás, que Jesús contemplaba caer en cada
expulsión, que realizaban los discípulos (v.18). Ciertamente este triunfo de Cristo,
es fruto anticipado de su muerte y resurrección (cfr. Jn.12, 31). Lucas, introduce
este pasaje, pensando en las victorias de Cristo con que fue derrotado el demonio;
con esto queda mermado su poder, hasta el tiempo final, donde será despojado de
todo poder; pero su caída ha comenzado. Sin embrago, Jesús enseñó que la
verdadera alegría, consiste en que sus nombres, el de los apóstoles y discípulos,
“están escritos en los cielos” (v. 20). Tienen poder sobre serpientes y escorpiones,
instrumentos de Satanás. El Mesías, que se esperaba salvará a los suyos de estos
animales y de malos espíritus, es más, podrán caminar sobre serpientes y
escorpiones (cfr. Sal. 91,13). Jesús, cuando los envió, les dio participación en su
poder, por lo tanto, quedan investidos para no estar a merced de Satanás, sino
bajo la soberanía de Dios. Los Doce, tienen poder sobre las fuerzas del enemigo.
Satanás, ya no puede dañar a los hombres, porque está presente el Reino de Dios,
poder más fuerte y grande. Pablo lo explica en clave del amor manifestado en
Cristo Jesús por Dios su Padre. (cfr. Rm. 8, 37-39). La inauguración y predicación
del Reino de Dios, es motivo de mayor gozo, que el poder que se ejerce sobre
Satanás. El verdadero gozo, es la elección y predestinación a la vida eterna, de la
cual, son objeto los discípulos de todos los tiempos. En la morada de Dios, están
escritos los nombres de los ciudadanos del cielo, o sea, el libro de la vida (cfr. Sal.
69, 29; Ex. 32,52; Is. 4,3; 56,5; Dan.12,1; Ap.3,5; 13,8). Es un verdadero gozo
participar en la tierra como colaboradores de Reino de Dios, para luego, gozar de la
vida eterna, plena comunión con Dios Trinidad.
Santa Teresa de Jesús, suspira por la vida eterna a la que se acerca, luego de
entregar su vida por el evangelio y la extensión del Reino de Dios.
“Bienaventurados los que están escritos en el libro de esta vida. Mas tú, alma mía,
si lo eres, ¿por qué estás triste y me coturbas? Espera en Dios, que aun ahora me
confesaré a El mis pecados y sus misericordias, y de todo junto haré cantar de
alabanza con suspiros perpetuos al Salvador mío y Dios mío. Podrá ser venga algún
día cuando le cante mi gloria, y no sea compungida mi conciencia, donde ya
cesarán todos los suspiros y miedos; mas entretanto, en esperanza y silencio será
mi fortaleza. Más quiero vivir y morir en pretender y esperar la vida eterna, que
poseer todas las criaturas y todos sus bienes, que se han de acabar. No me
desampares, Señor, porque en Ti espero, no sea confundida mi esperanza; sírvate
yo siempre y haz de mí lo que quisieres.” (Exclamaciones 17,6).