Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Miércoles de la vigésima quinta semana del tiempo ordinario
Libro de los Proverbios 30,5-9.
Toda palabra de Dios es acrisolada, Dios es un escudo para el que se refugia en él.
No añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por
mentiroso.
Hay dos cosas que yo te pido, no me la niegues antes que muera:
aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des ni pobreza ni riqueza, dame la
ración necesaria,
no sea que, al sentirme satisfecho, reniegue y diga: "¿Quién es el Señor?", o que,
siendo pobre, me ponga a robar y atente contra el nombre de mi Dios.
Salmo 119(118),29.72.89.101.104.163.
Apártame del camino de la mentira,
y dame la gracia de conocer tu ley.
Para mí vale más la ley de tus labios
que todo el oro y la plata.
Tu palabra, Señor, permanece para siempre,
está firme en el cielo.
Yo aparto mis pies del mal camino,
para cumplir tu palabra.
Tus preceptos me hacen comprender:
por eso aborrezco el camino de la mentira.
Odio y aborrezco la mentira;
en cambio, amo tu ley.
Evangelio según San Lucas 9,1-6.
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de
demonios y para curar las enfermedades.
Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos,
diciéndoles: "No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero,
ni tampoco dos túnicas cada uno.
Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir.
Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en
testimonio contra ellos".
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando
enfermos en todas partes.
Comentario del Evangelio por:
San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero de Antioquía más tarde
obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
4ª Homilía sobre 1 Corintios; PG 61, 34-36
«De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza»
La cruz ha ganado a los espíritus por medio de predicadores ignorantes, y esto
en el mundo entero. No se trata de cuestiones banales, sino de Dios y de la
verdadera fe, de la vida según el Evangelio, del juicio futuro. La cruz ha
transformado a gente sencilla e iletrada en filósofos. Aquí se ve que «lo necio de
Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los
hombres» (1C 1,25).
¿Por qué es más fuerte? Porque se ha extendido por el mundo entero, ha
sometido a los hombres a su poder y ha resistido a los innumerables adversarios
que querían hacer desaparecer el nombre del Crucificado. Y fue lo contrario, este
nombre se extendió y se propagó; sus enemigos perecieron, desaparecieron; lo
vivos que combatían con un muerto han quedado reducidos a la impotencia... En
efecto, lo que unos publicanos y pecadores, por la gracia de Dios han conseguido
realizar con éxito, los filósofos, los oradores, los reyes, es decir, la tierra entera en
toda su extensión, ni tan sólo han sido capaces de imaginar... Es pensando en ello
que el apóstol Pablo dice: «La debilidad de Dios es más fuerte que todos los
hombres». De no ser así ¿cómo estos doce pescadores, pobres e ignorantes,
hubieran podido imaginar una empresa de tal envergadura?
Fr. Nelson Medina, O.P.