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Día litúrgico: Jueves XXV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Lc 9,7-9): En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes
de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había
resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que
uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité
yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas? ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La autoridad del Estado y sus límites
Hoy, vista la injusta actuación del "príncipe", nos preguntamos: ¿hasta dónde
debemos obedecer al poder político? El cristiano está vinculado al orden jurídico
estatal como a un ordenamiento moral. Pero si el Estado castiga el "ser cristiano"
como tal, entonces no ejerce el poder como garante, sino como destructor del
Derecho. En este caso no es una vergüenza, sino un honor, ser castigados. Quien
sufre por este motivo se coloca tras las huellas de Cristo.
Jesucristo crucificado indica los límites del poder estatal y muestra dónde acaban
sus derechos y se hace necesario resistir en medio del sufrimiento. La fe del Nuevo
Testamento no conoce revolucionarios, sino mártires: ellos reconocen la autoridad
del Estado, pero conocen también sus límites. Su resistencia consiste en que hacen
todo lo que está al servicio del Derecho y de la comunidad (aunque provenga de
autoridades extrañas u hostiles a la fe), pero no obedecen cuando se les manda
hacer el mal.
—Señor-Rey nuestro, te rezamos por las autoridades y a ti te adoramos.
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