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E L ESCÁNDALO
26 º D OMINGO T IEMPO O RDINARIO (M C 9,37-47)
30 DE SEPTIEMBRE DE 2012
Comienza este Evangelio con un celo raro que los discípulos de Jesús expresaron
cuando vieron a un “extrao” que sin ser del grupo que seguía al Maestro, se permitía
nada menos que echar demonios en su nombre. Parece que este lance irrit tanto a los
discípulos, que presos de la indignacin, fueron a contárselo al Seor. Era una actitud
sospechosamente celosa por parte de quienes parece que vivían su condicin de
discípulos un tanto interesada. Jesús responderá haciéndoles ver que el Espíritu de Dios
desborda los cauces por los que normalmente transcurre, y por lo tanto, también habla
y actúa allá en donde hay un destello de verdad, de bondad, de belleza... aunque estos
destellos sean incompletos y parciales.
No hay aquí una llamada a la falsa tolerancia, como si diese igual todo, o como
si la verdad fuese indiferente en cualquier camino o en cualquier posicin humana.
Pero, ciertamente, Jesús no es favorable a los capillismos insulsos, ni a las ramplonerías
partidistas. A qué viene, pues, vuestro escándalo –decía Jesús a los discípulos-?
En el lenguaje bíblico, la palabra “escándalo” tiene dos sentidos: ocasin de caída
y ocasin de obstáculo. En ambos casos el resultado es parecido: no llegar a la meta
deseada, no alcanzar el destino hacia el que se caminaba. Es decir, tanto en el caso de
una torpeza que nos hace caer, como también en el caso de un bloqueo que nos
obstaculiza el andar, llegamos a ese mismo y terrible final: nuestra vida ha fracasado
inútilmente; Dios la so y la dise para un proyecto de felicidad, y nuestras torpezas
y caídas nos detienen o nos hacen caminar en otra direccin... Esto es lo
verdaderamente trágico y preocupante, y esto es lo que Jesús quiere hacer ver!
Podemos estar ocupados en la caza de falsos discípulos (lo cual hay que hacer,
no en el sentido de “cazar”, pero sí en el de no confundir lo verdadero con los
sucedáneos), sin reparar que también nosotros hemos de revisar nuestra identidad
cristiana, nuestro seguimiento del Maestro Jesucristo, nuestra comunin de vida con Él
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo
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y con su Iglesia. Porque puede darse que estemos quejándonos de las falsedades y
nosotros no estar viviendo en la verdad.
El Evangelio de este domingo es tremendamente drástico y radical: no
escandalices a los pequeos, a los débiles, no te escandalices tampoco a ti mismo, es
decir, no te caigas y no derribes a nadie; no te bloquees a ti ni tampoco coartes al
prjimo. Más te vale entrar cojo, o ciego, o manco... (con todo lo que sugieren estas
expresiones) que haber conservado estos miembros pero haber perdido la vida, la
verdadera vida.
Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo