No hay edad para amar y servir.
2012-10-02
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión
de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino entraron en una aldea
de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a
Jerusalén. Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: "Señor,
¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?" El se volvió y les
regañó, y dijo: "No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del hombre no ha
venido a perder a los hombres, sino a salvarlos". Y se marcharon a otra aldea.
Palabra del Señor.
Oración introductoria
Ángel del Señor, que eres mi custodio, puesto que Dios me encomendó a ti,
intercede por mí para que esta oración sea humilde y sencilla para que me lleve a
crecer en el amor y la compresión de los demás.
Petición
Ven Espíritu Santo, lléname del fuego de tu amor, para que sea dócil a tus
inspiraciones.
Meditación
No hay edad para amar y servir.
«Cada uno de ustedes es un regalo de Dios para México y para el mundo. Su
familia, la Iglesia, la escuela y quienes tienen responsabilidad en la sociedad han de
trabajar unidos para que ustedes puedan recibir como herencia un mundo mejor,
sin envidias ni divisiones. Por ello, deseo elevar mi voz invitando a todos a proteger
y cuidar a los niños, para que nunca se apague su sonrisa, puedan vivir en paz y
mirar al futuro con confianza. Ustedes, mis pequeños amigos, no están solos.
Cuentan con la ayuda de Cristo y de su Iglesia para llevar un estilo de vida
cristiano. Participen en la Misa del domingo, en la catequesis, en algún grupo de
apostolado, buscando lugares de oración, fraternidad y caridad. Eso mismo vivieron
los beatos Cristóbal, Antonio y Juan, los niños mártires de Tlaxcala, que conociendo
a Jesús, en tiempos de la primera evangelización de México, descubrieron que no
había tesoro más grande que él. Eran niños como ustedes, y de ellos podemos
aprender que no hay edad para amar y servir» (Benedicto XVI, 25 de marzo de
2012).
Reflexión apostólica
«Hagan de Cristo, Palabra del Padre comunicada a los hombres, el criterio
fundamental de su labor, imitando su veracidad, delicadeza y caridad en todas sus
palabras y gestos. Observen fielmente las normas del orden moral, especialmente
la objetividad, el respeto sagrado a la verdad, el derecho de las personas a su fama
y la salvaguardia de los valores de la familia» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 304).
Propósito
Recordar con una oración y, de ser posible, con un detalle de agradecimiento, a una
persona que haya influenciado mi vida con su testimonio de fe y bondad.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, quiero recibirte en mi interior con sencillez, apertura y humildad. Me
pongo de rodillas ante Ti y te digo que acepto tu Reino. Quiero configurar toda mi
vida con tu Evangelio. Quiero cambiar mis criterios, mis reacciones altaneras, para
que todo lo haga por amor. Quiero saber agradecer y valorar a tantas personas
santas que has puesto en mi camino. Dame tu gracia para que todo esto sea
posible.
«¡Qué hermosa es la vida de quienes viven con sencillez ante su Dios, de quienes
no ansían ni anhelan otra cosa que ser como niño en brazos de su padre! ¡Cuánto
agrada al corazón de Dios la actitud humilde y sencilla de sus creaturas!»
(Cristo al centro, n . 1323)
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