EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Jueves de la vigésima sexta semana del tiempo ordinario
Libro de Job 19,21-27.
¡Apiádense, apiádense de mí, amigos míos, porque me ha herido la mano de Dios!
¿Por qué ustedes me persiguen como Dios y no terminan de saciarse con mi carne?
¡Ah, si se escribieran mis palabras y se las grabara en el bronce;
si con un punzón de hierro y plomo fueran esculpidas en la roca para siempre!
Porque yo sé que mi Redentor vive y que él, el último, se alzará sobre el polvo
Y después que me arranquen esta piel, yo, con mi propia carne, veré a Dios.
Sí, yo mismo lo veré, lo contemplarán mis ojos, no los de un extraño. ¡Mi corazón
se deshace en mi pecho!
Salmo 27(26),7-8a.8b-9abc.13-14.
¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,
apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
"Busquen mi rostro".
Yo busco tu rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
No alejes con ira a tu servidor,
tú, que eres mi ayuda;
no me dejes ni me abandones,
mi Dios y mi salvador.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.
Evangelio según San Lucas 10,1-12.
Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos
para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al
dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el
camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario,
volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el
que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'.
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y
digan:
'¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos
sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca'.
Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa
ciudad.
Comentario del Evangelio por :
San Ambrosio (hacia 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Lucas, 7, 45.49
«Como corderos en medio de lobos»
Cuando Jesús mandó a los discípulos ir a su mies, que había sido bien sembrada
por el Verbo del Padre, pero que necesitaba ser trabajada, cultivada, cuidada con
solicitud para que los pájaros no saquearan la simiente, les dijo: «Mirad que os
mando como corderos en medio de lobos»... El Buen Pastor no podía temer a los
lobos para su rebaño; sus discípulos no fueron enviados para ser una presa, sino
para difundir la gracia. La solicitud del Buen Pastor hace que los lobos no puedan
emprender nada contra los corderos que envía; les envía para que se cumpla la
profecía de Isaías: «Llegará el día en que lobos y corderos pacerán juntos» (Is
65,25)... Por otra parte ¿no han sido enviados los discípulos con la orden de no
llevar ni tan siquiera un bastón en la mano?...
Lo que el humilde Señor les ha mandado, sus discípulo los cumplen por la
práctica de la humildad. Porque les envía a sembrar la fe no por obligación sino por
la enseñanza; no haciendo servir la fuerza de su poder, sino exaltando la doctrina
de la humildad. Y juzgó necesario unir la paciencia a la humildad, y de ahí el
testimonio de Pedro en favor de Cristo: «Cuando lo insultaban no devolvía el
insulto; cuando lo golpeaban, no devolvía los golpes» (1P 2,23).
Todo eso quiere decir: «Sed mis imitadores: abandonad el gusto por la
venganza, a los golpes arrogantes responded devolviendo el mal a través de una
paciencia que perdona. Que nadie imite por su propia cuenta lo que reprende de
otro; la suavidad es la mejor respuesta a los insolentes».
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”