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El amor: volver a empezar
27º Domingo del Tiempo Ordinario (Mc 10,2-16)
7 de octubre de 2012
Vino la trampa. Una especie de trama de enorme actualidad y que se nos presenta hoy
como un auténtico reclamo provocativo. Este domingo nos presenta una incomodísima
página evangélica en la que Jesús se distancia de una verdad que dependa de la manipulable
opinin colectiva. La nuestra es una época montada en el caballo del relativismo subjetivo: las
cosas ya no “son”, sino que “a mi me parecen que son”. La verdad reside en lo que la
mayoría piensa, en lo que la mayoría decide, en lo que la mayoría rechaza. De modo que la
nueva sabiduría se llama “estadística” y su seno partoriente son las “urnas”. Las consecuencias
educativas, sociales, políticas y familiares de estos principios son impresionantes.
Cuál era la usanza extendidísima entre los judíos respecto del matrimonio? Que tal
unin podía ser disuelta, casi siempre en beneficio del varn y, a veces, por razones tan
extremadamente pintorescas como el habérsele quemado el cocido a la mujer. El hecho es
que unos fariseos se acercan a Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntaron: es lícito a un
hombre divorciarse de su mujer?
Como en otras ocasiones a los fariseos no les interesaba mayormente la institucin del
matrimonio, o los derechos de la mujer, acaso ni siquiera los del hombre en este caso, sino
ver cmo respondía Jesús a una pregunta tan hábilmente capciosa. Si respondía que no era
lícito, se oponía a importantes escuelas rabínicas, y a una mayoritaria práctica por parte de
tantos judíos (empezando por el mismo Herodes que vivía adúlteramente con la mujer de su
hermano, cuya denuncia cost la vida al Bautista). Si respondía que era lícito, podían
reprocharle que iba contra el Génesis como proyecto originario de Dios.
La respuesta de Jesús fue clara: la verdad es la verdad, independientemente de lo que
digan los sondeos de opinin, la praxis mayoritaria o cualquier muestreo estadístico.
Lo propuesto por Jesús al respecto no se trata de una piedra al cuello, sino de estar
siempre comenzando, es decir, estar siempre alimentando la llama que un día hizo nacer el
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo
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amor entre dos personas. Ni el amor ni el odio pueden improvisarse: la indiferencia es fruto
de una dejadez, de haber apagado lentamente el fuego del amor. El día de la boda es el día
en que un hombre y una mujer comienzan a casarse, repitiéndose cada día, en cada
circunstancia aquél “sí” que fue solamente el punto de partida. Por lo complejo que tantas
veces es ser fiel, perdonarse, acogerse, volver a empezar, Dios no asiste a la boda como
espectador, sino como contrayente (es un sacramento!): el matrimonio cristiano es cosa de
tres, el hombre, la mujer y Dios. Lo que es imposible tantas veces para la pareja humana,
Dios –que también forma parte de ese matrimonio– lo hace posible. Algo que en nuestra
sociedad no figura entre las posibilidades de perdn y reconciliacin ante las dificultades que
siempre entraa una convivencia intensa.
Fr. Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Corrada del Obispo 1. 33003 Oviedo