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Día litúrgico: Domingo XXVII (B) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Mc 10,2-16): En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos
que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la
mujer?. Él les respondió: () Desde el comienzo de la creación, Él los hizo varón
y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán
una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo
que Dios unió, no lo separe el hombre ().
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto
XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)
La atención pastoral de los divorciados vueltos a casar
Hoy, el Evangelio nos lleva a considerar la realidad de los divorciados vueltos a
casar como uno de los grandes sufrimientos de la Iglesia. Su situación (casado-
divorciado-vuelto a casar) no alcanza a cumplir la misión del matrimonio canónico:
ser imagen del "matrimonio" de "Cristo-Esposo" con la "Iglesia-Esposa". La
mencionada situación irregular no es coherente con la recepción del mayor
exponente de la unión esponsal: el sacramento del Cuerpo de Cristo.
La Iglesia ama a quienes se encuentran en esta situación. Las parroquias deben
hacer todo lo posible para que ellos se sientan amados, aceptados, aunque no
puedan recibir la absolución ni la Eucaristía. Incluso sin la recepción corporal del
sacramento también pueden vivir plenamente en la Iglesia y pueden estar
espiritualmente unidos a Cristo en su cuerpo.
—Los divorciados vueltos a casar pueden ver en su sufrimiento un don para la
Iglesia, porque sirve a todos también para defender la estabilidad del matrimonio.
Este sufrimiento es también un sufrir de la comunidad de la Iglesia por los grandes
valores de nuestra fe.
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