EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Miércoles de la trigésima semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Efesios 6,1-9.
Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo,
ya que el primer mandamiento que contiene una promesa es este: Honra a tu
padre y a tu madre,
para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra.
Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y
aconsejándolos, según el espíritu del Señor.
Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, sin ninguna clase de
doblez, como si sirvieran a Cristo;
no con una obediencia fingida que trata de agradar a los hombres, sino como
servidores de Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios.
Sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara del Señor y no de los
hombres,
teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a cada uno el bien que haya hecho, sea
un esclavo o un hombre libre.
Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores y dejen
a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos, que lo es también de
ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de personas.
Salmo 145(144),10-11.12-13ab.13cd-14.
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.
Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.
Evangelio según San Lucas 13,22-30.
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.
Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El
respondió:
"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán
entrar y no lo conseguirán.
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se
pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé
de dónde son ustedes'.
Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en
nuestras plazas'.
Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen
el mal!'.
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y
a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.
Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar
en el banquete del Reino de Dios.
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los
primeros y serán los últimos".
Comentario del Evangelio por :
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la
Iglesia
Carta 102, a Deogratias
“Cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino
de Dios.”
Si Cristo dice que él es el camino de la salvación, la gracia y la verdad, si él es
el camino único de retorno al Padre para los creen en él (Jn 16,6), hay algunos que
se preguntan por la suerte de todos aquellos que han vivido antes de su
venida...Respondemos que Cristo es la palabra de Dios por la que se hizo todo. Es
el Hijo porque es la Palabra, no una palabra que se extingue al ser pronunciada,
sino la Palabra inmutable y eterna que está junto al Padre inmutable, que rige el
universo espiritual y corporal según la conveniencia de los tiempos y los lugares.
Este Verbo es la sabiduría y la ciencia en persona. Le corresponde regir todo,
gobernar todo según el tiempo y de la manera que le parece conveniente... Es
siempre él mismo...siempre ha sido el mismo y lo es también hoy...
Por esto, desde la creación del género humano, todos aquellos que han creído
en él, de la manera que fuera, todos aquellos que han vivido en la piedad y la
justicia según sus preceptos, todos estos, sin duda alguna, han sido salvados por él
en cualquier tiempo y lugar en que hayan existido...Así, al igual que nosotros que
creemos en el que permanece junto al Padre y que ha venido a nosotros,
asumiendo nuestra carne, los antiguos profetas creían en él que permanecía junto
al Padre y tenía que venir al mundo. El transcurso del tiempo hace que ahora
proclamemos como hecho consumado lo que entonces era el anuncio de un
acontecimiento futuro, pero la fe no ha variado y la salvación es la misma.
(Referencias bíblicas : Jn 14,6; 1,1-2; 1Co 1,24; He 1,3; 13,8)
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”