Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 31, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Se rebajó, por eso Dios lo levantó * El Señor es mi
alabanza en la gran asamblea. * Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta
que entren y se me llene la casa
Textos para este día:
Filipenses 2, 5-11:
Hermanos: Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.
Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al
contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno
de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la
muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el
abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Salmo 21:
Cumpliré mis votos delante de sus fieles. / Los desvalidos comerán hasta saciarse, /
alabarán al Señor los que lo buscan: / viva su corazón por siempre. R.
Lo recordarán y volverán al Señor / hasta de los confines del orbe; / en su
presencia se postrarán / las familias de los pueblos. / Porque del Señor es el reino,
/ él gobierna a los pueblos. / Ante él se postrarán las cenizas de la tumba. R.
Mi descendencia le servirá, / hablarán del Señor a la generación futura, / contarán
su justicia al pueblo que ha de nacer: / todo lo que hizo el Señor. R
Lucas 14, 15-24:
En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: "¡Dichoso el que coma en el
banquete del reino de Dios!"
Jesús le contestó: "Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a
la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: "Venid, que ya
está preparado."
Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: "He comprado un campo y
tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "He comprado cinco yuntas
de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "Me acabo de casar
y, naturalmente, no puedo ir."
El criado volvió a contárselo al amo.
Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: "Sal corriendo a las plazas y
calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos."
El criado dijo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio."
Entonces el amo le dijo: "Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que
entren y se me llene la casa." Y os digo que ninguno de aquellos convidados
probará mi banquete."
Homilía
Temas de las lecturas: Se rebajó, por eso Dios lo levantó * El Señor es mi
alabanza en la gran asamblea. * Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta
que entren y se me llene la casa
1. El gran himno a la humildad de Cristo
1.1 Hoy estamos ante un texto precioso entre todos: el gran himno a la humildad
de Cristo, que san Pablo nos ofrece en su carta a los filipenses. En este texto se
entrelazan de modo misterioso, pero inseparable, el pecado, que engendra violencia
y termina humillando al inocente, y la caridad, que engendra donación de sí mismo
y termina volviéndose humildad sublime y también victoria admirable. Humildad,
nacida de la caridad, que transforma a la humillación, nacida de la violencia, en
fuente de gracia: este es el misterio que Pablo canta con palabras inmortales. Quizá
las recibe de alguna comunidad cristiana de su tiempo.
1.2 La humillación se vuelve humildad. Es el amor quien lo ha hecho posible.
Estábamos acostumbrados a que de la humillación nazca resentimiento, venganza,
odio. Mas ahora nos volvemos a la Cruz de Cristo, y encontramos una humillación
sin odio, sin venganza y sin resentimiento. Nuestra mente se confunde: ¿qué hay
ahí? ¿Quién es ese que, humillado, no odia ni promete vengarse? No tiene el rostro
vacío de la locura ni hay en su faz la inexpresividad propia del insensible. Sufre, no
huye a la insensibilidad o a la enajenación, y sin embargo, no odia. Abraza en su
silencio elocuente el misterio del mal que intenta aplastarlo. ¿Quién es? ¿Por qué
hace eso?
1.3 La Cruz de Cristo, o mejor: Cristo en la Cruz revienta nuestros esquemas,
desafía nuestra inteligencia, nos obliga a pensar de nuevo nuestras certezas sobre
lo que es obvio, lógico o esperable en el ser humano. Cristo en la Cruz, es en
primer lugar una inmensa pregunta, una gigantesca pregunta: ¿por qué? ¿Por qué
el destino del inocente ha de ser la humillación? ¿Por qué el débil debe terminar
triturado? ¿A quién sirve, a quién honra esa especie de ley que suprime la
compasión y ensalza la rapiña? Y, en fin: ¿qué es más loco: padecer sin odio o
lastimar sin razón? La locura de Cristo denuncia nuestras locuras, y su absurdo
padecer acusa nuestro absurdo avasallar.
2. El humillado y los humillados
2.1 El evangelio de hoy trae nuevas paradojas y desafíos a nuestro sensato pensar
y razonar. Tal vez la sublimidad del anonadamiento de Cristo nos cautiva a tal
punto que perdemos de vista la relación que todo ello tiene con nosotros mismos y
con la gente que nos rodea. Es aquí donde una corta narración nos presenta al
mundo al revés: esta vez los excluidos han quedado incluidos, porque los que
primero estaban incluidos se excluyeron a sí mismos.
2.2 Este relato, extraño pero maravillosamente fácil de fijar en nuestra memoria,
tiene muchas aplicaciones: Israel era el primer invitado; en general, no creyó en el
Mesías, entonces los gentiles tuvimos una ocasión de entrar al banquete. Otra
aplicación: lo que dice Pablo a los corintios: "Considerad, hermanos, vuestro
llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni
muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a
los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es
fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular
lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios" (1Co 1,26-29).
2.3 Otra aplicación: mientras yo me considero fuerte, creo que no necesito de Dios;
si, por el contrario, descubro en qué soy lisiado, ciego o cojo, ese mismo
descubrimiento es mi tarjeta de invitación. Y una última aplicación del mismo texto:
la sociedad en que vivo privilegia a unos y excluye a otros. Incluso desde el punto
de vista de la fe y las costumbres. ¿Coiniceden esos juicios nuestros con la mirada
de Dios? Tal vez no. Aunque, ¡cuidado!: pensar que todo juicio es farisaico también
es un modo de excluir...
3. La humildad de la Cruz y la humildad de la Hostia
3.1. La Cruz y los pobres, o nuestras pobrezas son entonces dos expresiones de un
mismo misterio, que en últimes alude al modo paradójico que Dios halló en su
sabiduría para vencer nuestra necedad con su amor excesivo y con el derroche de
su misericordia incomparable. Hay otro lugar, otro escenario, en que ese mismo
exceso se hace presente y eficaz ante nosotros: la Eucaristía.
3.2. La Divina Eucaristía es absurdamente pequeña y pobre; parece inútil e
ineficaz; muchos desprecian su misterio, muchos maltratan su pureza, muchos se
burlan de su significado. Es decir: tiene todas las señas de Cristo en la Cruz, y tiene
el mismo aspecto de los pobres de nuestras calles, caminos y veredas.
3.3 En la Hostia Santa se unen nuestra debilidad y la debilidad de Dios, que es
amar. En Ella se encuentran nuestras llagas que sangran, y la sangre de Cristo que
cura. Por Ella se oyen nuestros lamentos en el Cielo y las bendiciones de Dios en la
tierra.
Fr. Nelson Medina, O.P.