VIERNES SANTO - C
Evangelio: La Pasión y Muerte de Jesús: Jn 18,1-19,42
Hoy es un día verdaderamente importante en el Año Litúrgico, pues tiene
liturgia propia, única para este día. Hoy no se celebra la Santa Misa (único día
del año que está incluso prohibido celebrarla). Hoy se recuerda –y se celebra
fundamentalmente con el recuerdo y la contemplación meditativa- el suceso
histórico de la Muerte de Cristo en el Calvario.
La lectura completa de la Pasión y Muerte de Cristo según San Juan nos
ayuda y orienta en ese recuerdo, y nos da las pinceladas suficientes para calar y
meditar en el sentido redentor de esa muerte. Por eso hoy la oración personal ha
de discurrir por la lectura pausada, reflexionada y meditada, de esos relatos.
Merece la pena hacerlo así.
Por las mismas razones hoy la celebración tiene un punto central, y un
objetivo devocional y piadoso: contemplar la Cruz de Cristo y adorarla con fe,
amor y agradecimiento “pues en ella estuvo clavada la salvación del mundo”; y
al mismo tiempo besarla con alegría y esperanza pues “¡Oh Cruz fiel, árbol único
en nobleza! Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto”.
Este himno, que se canta, o se reza, mientras se adora la Cruz, es una
buena oración personal para este día. También es una oración muy apropiada
para este día el Via Crucis con cualquiera de sus formularios, pues abundan
muchos y muy buenos en libros y devocionarios. También son abundantes las
oraciones ya elaboradas, los poemas, cánticos, himnos, etc. compuestos para
rezar ante la Cruz de Cristo. He aquí algunos:
En esta tarde, Cristo del Calvario, - vine a rogarte por mi carne enferma,
pero al verte, mis ojos van y vienen – de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados, - cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías – cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a Ti mi soledad – cuando en la Cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor – cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada, - huyeron de mí todas las dolencias.
El ímpetu del ruego que traía – se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y solo pido no pedirte nada, - estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que dolor es solo la llave santa de tu santa puerta. Amen.
(Gabriela Mistral)
Déjame vivir al pie de la Cruz sin pensar en mí, sin nada querer y desear,
más que mirar enloquecido la sangre divina que inunda la tierra.
Déjame, Señor, llorar, pero llorar de ver lo poco que yo puedo hacer por Ti,
lo mucho que te he ofendido estando lejos de la Cruz …
Déjame llorar el olvido en que te tienen los hombres, aún los buenos …
Déjame, Señor, vivir al pie de la Cruz … de día, de noche, en el trabajo,
en el descanso, en la oración. En el estudio, en el comer, en el dormir.
Siempre …, siempre …, siempre …
(San Rafael Arnaiz)
Padre Segismundo Fernandez Rodríguez