Con fuerza del amor de Dios puedo perdonar.
2012-11-12
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No es posible evitar que existan
ocasiones de pecado, pero ¡ay de aquel que las provoca! Más le valdría ser arrojado
al mar con una piedra de molino sujeta al cuello, que ser ocasión de pecado para la
gente sencilla. Tengan, pues, cuidado.
Si tu hermano te ofende, trata de corregirlo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si te
ofende siete veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente,
perdónalo».
Los apóstoles dijeron entonces al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor les
contestó: «Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza,
podrían decirle a ese árbol frondoso: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y los
obedecería». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, aumenta mi fe para perdonar de corazón todas las ofensas que me han
herido o molestado. Desde lo más pequeño hasta lo más grande, Jesús, no
permitas que el resentimiento, el enojo o la ira dominen mi interior. Dame la virtud
de saber perdonar, para también ser perdonado por Ti.
Petición
Jesús, dame la gracia de nunca provocar o ser ocasión de pecado.
Meditación
Con fuerza del amor de Dios puedo perdonar.
«La segunda parábola utiliza también la imagen de la semilla. Aquí, sin embargo, es
una semilla particular, el grano de mostaza, considerado el más pequeño de todas
las semillas. A pesar de lo pequeño, sin embargo, está lleno de vida, y al partirse
nace un brote capaz de romper el suelo, de salir a la luz solar y de crecer hasta
convertirse en "la más grande de todas las plantas del jardín": la debilidad es la
fuerza de la semilla, el partirse es su fuerza. Así es el Reino de Dios: una realidad
humana pequeña, compuesta por quien es pobre de corazón, por quien no confía
solo en su propia fuerza, sino en la del amor de Dios, por quien no es importante a
los ojos del mundo; no obstante, a través de ellos irrumpe el poder de Cristo y
transforma aquello que es aparentemente insignificante. La imagen de la semilla es
particularmente querida por Jesús, ya que expresa claramente el misterio del Reino
de Dios» (Benedicto XVI, 17 de junio de 2012).
Reflexión apostólica
«La caridad es el signo de autenticidad de toda vida cristiana. San Pablo, en su
célebre himno a la caridad, señala con énfasis que un cristiano sin caridad pierde su
esencia; y enumera a continuación los rasgos más propios de la caridad cristiana:
una caridad que perdona, que es paciente, servicial, comprensiva, magnánima,
vínculo y distintivo de la comunidad cristiana» (Manual del miembro del
Movimiento Regnum Christi , n. 37).
Propósito
Saber disculpar y pedir disculpas, aunque haya ofendido involuntariamente.
Diálogo con Cristo
Señor, te pido perdón por las veces que me he olvidado de Ti. Perdón por todo lo
que te haya podido lastimar. Perdón, porque he sido capaz de herirte en mis
hermanos. Gracias por tu perdón, Señor, confío en tu misericordia infinita.
«No se puede concebir un hombre animado del verdadero espíritu de caridad,
irritable, vengativo o simplemente impaciente con sus hermanos. La caridad es
paciente, sabe perdonar al prójimo sin guardar el menor resentimiento»
( Cristo al centro, n. 366).