Lectio Divina: 33º Domingo De Tiempo Ordinario B
Autor: P. Chuno, C.M.
LA PALABRA HOY: Daniel 12,1-3; Salmo 15; Hebreos 10,11-14.18; Marcos
13,24-32
Ambientación: Un cirio grande, alrededor cirios pequeños de los colores de
los continentes (blanco, amarillo, verde, azul y rojo). Frase: Los reuniré de
todas partes.
Cantos sugeridos: Dios nos convoca
Ambientación
El año litúrgico está próximo a su fin y las lecturas nos recuerdan que, desde la
muerte y resurrección de Cristo, los últimos tiempos ya han comenzado. Cristo ya
ha vencido, está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo en que su victoria
se vuelva evidente y definitiva para el mundo.
Oración inicial
Señor Jesús,
Tú que estás sentado a la derecha del Padre,
Tú que tienes todo poder y gloria,
que nos has redimido con tu cruz,
que con tu sangre nos has dado vida,
volverás a llevar a su plenitud toda la creación,
a realizar plenamente el proyecto original del Padre.
Ahora que vamos a reflexionar
este pasaje, te pedimos que Tú
derrames en nosotros tu gracia
para que vivamos de tal manera
que nuestra vida exprese nuestra fe,
y así te esperemos a cada instante,
sabiendo que volverás como Juez y Señor.
Que así sea.
I. Lectio: ¿Qué dice el texto? – Marcos 13,24-32
Motivación: Jesús habla a sus amigos de un futuro que vendrá tras la tribulación,
usando imágenes del mundo entonces conocido, del cosmos y los astros, y en un
lenguaje apocalíptico, propio de la cultura en que se escribe el evangelio. El fin del
mundo da paso a la salvación de Dios, no a la catástrofe o la nada. El mundo, como
todo lo humano, tiene un fin, pero es un “fin” que da paso a la plenitud.
Escuchemos.
Forma de leerlo:
Proclamar el texto en voz alta (todos de pie).
Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención
(sentados).
Preguntas para la lectura:
¿Con qué imágenes se expresa la cercanía del tiempo final?
¿Qué hará el Hijo del hombre cuando venga con poder y gloria?
¿Qué les quiere decir Jesús a sus discípulos con el ejemplo de la higuera?
Al final de los tiempos, ¿qué es lo único que permanecerá?
Otros textos bíblicos para confrontar: Mt 24,29-36; Lc 21,25-33; Dn 7,13-14.
II. Meditatio: ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?
Motivación: Jesús nos invita a vivir en profundidad, a prestar atención a los signos
de los tiempos, porque el futuro palpita en nuestro presente como la vida en la
higuera que empieza a brotar. Si no estamos alerta, podemos olvidar que éste es
un tiempo en el que Dios actúa y en el que el ser humano va forjando su opción a
favor o en contra de la vida.
¿Es para ti motivo de esperanza la venida del Señor o te provoca miedo y angustia?
¿Me siento preparado para el encuentro con el Señor?, ¿hay algo que debería
trabajar más, algo que me falta?
¿Qué signos de nuestros tiempos actuales hablan de la presencia de Dios?
¿Qué significa para mí hoy que su Palabra permanezca para siempre?
¿Vivo mi vida de fe como una actitud de adhesión y confianza al Señor, queriendo
hacer vida sus enseñanzas y así manifestar el proyecto de Dios?
Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez nuestra
reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación personal.
III. Oratio: ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?
Motivación: Vivimos aguardando la manifestación definitiva de Jesucristo. Es
tiempo de sostener la fe, de arriesgar la vida, y sólo con nuestras fuerzas no
podemos caminar. Vamos a hablar con el Señor y a pedirle que reconozcamos día a
día los signos de su presencia en nuestro mundo.
Luego de un tiempo de oración personal, podemos compartir en voz alta nuestra
oración, siempre dirigiéndonos a Dios mediante la alabanza, la acción de gracias o
la súplica confiada.
Se puede, también, recitar el salmo responsorial que corresponde a este domingo
(Salmo 15).
IV. Contemplatio: ¿Qué me lleva a hacer el texto?
Motivación: Vivimos tiempos difíciles donde se pone a prueba nuestro seguimiento
de Cristo. San Vicente nos anima a permanecer firmes, confiando en su presencia,
viviendo con esperanza:
“Se sufre de diversas maneras. Los apóstoles y los primeros cristianos sufrieron la
persecución de los tiranos y toda clase de ultrajes; se ha dicho que todos los que
quieran seguir a Jesucristo habrán de sufrir tentación… La verdad es que la mejor
condición es la que nos hace más semejantes a Nuestro Señor tentado, rezando,
obrando y sufriendo; y por ahí es por donde él conduce a las almas que quiere
elevar a una perfección más alta.” (VII,165)
“Sí, padre, es una buena señal que sufran ustedes por la justicia, y espero que la
paciencia y las humillaciones que tuvieron que practicar ustedes en esta pequeña
tribulación les habrán atraído nuevas gracias para triunfar gloriosamente en otras
ocasiones más importantes que se presenten y para trabajar con mayores frutos.
Los sufrimientos de Nuestro Señor dieron fecundidad a sus palabras y del mismo
modo las cruces que ustedes padezcan harán fecunda esa santa semilla que
ustedes encierran en los corazones.” (V,519)
Compromiso: La fe es una actitud de vida, teniendo la mirada puesta en el Señor,
de ahí, ¿qué debo hacer para estar vigilante y atento a su venida?
Oración final
Gloria a ti, Señor Jesús, porque durante tu corta ausencia confías en nosotros y nos
encomiendas la tarea vigilante de un amor que no echa la siesta cuando hay tanto
que hacer.
Enséñanos a unir productivamente la esperanza y el esfuerzo, para acelerar el día
venturoso de la llegada de tu reino.
Ayúdanos, Señor, también a descubrir tus constantes venidas en el curso de la
historia de cada día y cada hora del mundo, en el hermano que necesita de nuestra
ayuda y cariño, en los hombres y mujeres que sufren, esperan y te buscan, para
que caminando juntos en la esperanza de la nueva tierra, alcancemos el nuevo cielo
en que habita tu justicia. Amén.
Con permiso de somos.vicencianos.org