Mi lugar de oración.
2012-11-23
Evangelio
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 45-48
Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y
compraban allí, diciéndoles: «Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes
la han convertido en cueva de ladrones».
Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los
escribas y los jefes del pueblo intentaban matarlo, pero no encontraban cómo
hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras. Palabra del
Señor.
Oración introductoria
Señor, con humildad me pongo de rodillas ante Ti. No permitas que las
distracciones o el ruido interior de mis preocupaciones me hagan olvidar ante quién
y por qué voy hacer esta oración. Quiero conocerte de un modo cada vez más
personal, escucharte y ser dócil a tus inspiraciones.
Petición
Espíritu Santo, ilumina mi entendimiento para conocer tu voluntad divina sobre mí,
en el hoy de mi vida.
Meditación
Mi lugar de oración.
«Como primer paso de la evangelización debemos tratar de mantener viva esta
búsqueda; debemos preocuparnos de que el hombre no descarte la cuestión sobre
Dios como cuestión esencial de su existencia; preocuparnos de que acepte esa
cuestión y la nostalgia que en ella se esconde. Me vienen aquí a la mente las
palabras que Jesús cita del profeta Isaías, es decir, que el templo debería ser una
casa de oración para todos los pueblos. Él pensaba en el llamado "patio de los
gentiles", que desalojó de negocios ajenos a fin de que el lugar quedara libre para
los gentiles que querían orar allí al único Dios, aunque no podían participar en el
misterio, a cuyo servicio estaba dedicado el interior del templo. Lugar de oración
para todos los pueblos: de este modo se pensaba en personas que conocen a Dios,
por decirlo así, sólo de lejos; que no están satisfechos de sus dioses, ritos y mitos;
que anhelan el Puro y el Grande, aunque Dios siga siendo para ellos el "Dios
desconocido". Debían poder rezar al Dios desconocido y, sin embargo, estar así en
relación con el Dios verdadero, aun en medio de oscuridades de diversas clases»
(Benedicto XVI, 21 de diciembre de 2009).
Reflexión apostólica
«Para realizar cada uno de los compromisos de manera provechosa es preciso
aprender a vivirlos según la mente de la Iglesia y del Movimiento, bajo el impulso
del amor, por convicción y no por un mero cumplimiento externo» (Manual del
miembro del Movimiento Regnum Christi , n. 217).
Propósito
Revisar el horario y el lugar donde hago mi oración diaria. Mejorar lo que me lleve a
tener una mejor experiencia de Dios en la oración.
Diálogo con Cristo
¡Gracias Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento de oración!
¡Gracias por el don de tu amistad, de tu gracia y de tu misericordia! No quiero
escatimar esfuerzo alguno por crecer en mi vida de oración, con tu gracia, lo podré
lograr.
«Oración, adoración, frecuentar la capilla. Allá está Él, la persona que más me ha
amado»
( Cristo al centro, n. 1742).