EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la trigésima cuarta semana del tiempo ordinario
Apocalipsis 14,1-3.4b-5.
Después vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de
ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del
Cordero y de su Padre.
Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al
ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas:
los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los
cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino
los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra.
Estos son los que no se han contaminado con mujeres y son vírgenes. Ellos siguen
al Cordero donde quiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para
Dios y para el Cordero.
En su boca nunca hubo mentira y son inmaculados.
Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6.
Salmo de David.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque él la fundó sobre los mares,
él la afirmó sobre las corrientes del océano.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;
el que no rinde culto a los ídolos
ni jura falsamente:
él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.
Evangelio según San Lucas 21,1-4.
Después, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el
tesoro del Templo.
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas
monedas de cobre,
y dijo: "Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella,
de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir".
Comentario del Evangelio por:
Beato Carlos de Foucauld (1858-1916), ermitaño y misionero en el Sahara
Meditaciones sobre los santos evangelios, Nazaret 1897-98; n°263
"Dio todo lo que tenía para vivir"
¡Qué bueno eres, Dios mío! Si hubieras llamado primero a los ricos, los pobres
no se habrían atrevido a acercársete; se habrían considerado obligados a quedarse
aparte a causa de su pobreza; te habrían mirado de lejos, dejando que te rodearan
los ricos. Pero Tú llamaste a todo el mundo, a todo el mundo: a los pobres, les has
mostrado hasta el fin de los siglos, que son los primeros escogidos, los favoritos,
los privilegiados; los ricos, por una parte, no son tímidos, por otra depende de ellos
llegar a ser pobres como los pastores. En un minuto, si quieren, si tienen el deseo
de ser semejantes a Tí, si temen que sus riquezas los aparten de Tí, pueden llegar
a ser perfectamente pobres.
¡Qué bueno eres! ¡Has escogido el mejor medio para atraer a todos tus hijos, sin
excepción alguna! Y qué bálsamo pusiste hasta el final de los siglos en el corazón
de los pobres, pequeños, despreciados del mundo, mostrándoles desde tu
nacimiento que son tus privilegiados, tus favoritos, los primeros escogidos, siempre
llamados a estar a tu alrededor, tú que quisiste ser uno de los suyos y estar desde
tu cuna y toda tu vida rodeado de ellos.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”