Terreno plano
“El mundo está plano: Breve historia del mundo globalizado en el siglo veintiuno”,
libro de Thomas L. Friedman, en el cual el autor argumenta que, debido a las
innovaciones en informática y tecnologías digitales, el mundo se ha nivelado, se ha
aplanado. Cayeron los verticalismos. Es el triunfo del horizontalismo.
“Allanen sus senderos; todo valle será rellenado y todo cerro y colina será rebajada”.
Jesús viene a trastocar este mundo: Quiere que los caminos torcidos se enderecen y los
disparejos se tornen iguales. Que volvamos a ser hermanos y hermanas, que el derecho a
la mesa sea para todos y todas sin privilegios, sin exigencias de pergaminos caducados.
Que nuestras relaciones en la sociedad no se condicionen por sangre o continente.
Pablo felicita a sus amistades en Filipos. La razón es simple: Se aman, dan testimonio
de la Palabra, viven la alegría a plenitud. ¿Qué otra exigencia para ser santos y santas?
El Concilio derrumbó las montañas que nos separaban en la Iglesia: Estamos llamados a
la santidad, somos Pueblo de Dios, nuestra responsabilidad es construir un mundo
nuevo en la justicia, en la verdad.
Baruc nos invita al despojo interno a fin de reconstruirnos según el Plan de Dios. Un
Plan que es universal, que eleva a los excluidos, que llama al asombro y al gozo
contemplativo de la maravillas del Señor en su creación y en cada ser humano. Es la
belleza que nos sienta al umbral del éxtasis que transforma y dignifica nuestros
corazones en la realidad exultante del Buen Dios y su obra.
Cochabamba 09.12.12
jesús e. osorno g.
jesus.osornog@gmail.com