La curación es el amor de Dios.
2012-12-03
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 8, 5-11
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le
dijo: «Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico y sufre
mucho». Él le contestó: «Voy a curarlo».
Pero el oficial le replicó: «Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que
digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo
disciplina y tengo soldados a mis ￳rdenes; cuando le digo a uno: “¡Ve!”, él va; al
otro: “¡Ven!” y viene; a mi criado: “¡Haz esto!”, y lo haceᄏ.
Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: «Yo les
aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que
muchos vendrán de Oriente y de Occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y
Jacob en el Reino de los cielos». Palabra del Señor.
Oración introductoria
Señor, yo tampoco soy digno de que vengas a mí, por creo en tu misericordia y
tengo la confianza y la esperanza que esta oración me disponga para tu venida.
Quiero que encuentres en mí un alma vacía de apegos y de preocupaciones
superficiales, para que esté abierta a acogerte y a vivir conforme a tu Evangelio.
Petición
¡Ven Señor y aumenta mi fe!
Meditación
La curación es el amor de Dios.
«Sólo el camino de unión progresiva con Él puede ser el verdadero proceso de
curación del hombre. Así, las curaciones milagrosas son para Jesús y los suyos un
elemento subordinado en el conjunto de su actividad, en la que está en juego lo
más importante, el “Reino de Dios” justamente, que Dios sea Se￱or en nosotros y
en el mundo. Del mismo modo que el exorcismo ahuyenta el temor a los demonios
y confía el mundo, que proviene de la Razón de Dios, a la razón del hombre, así
también el curar por medio del poder de Dios es al mismo tiempo una invitación a
creer en Él y a utilizar las fuerzas de la razón para el servicio de curar. Con ello se
entiende siempre una razón abierta, que percibe a Dios y por tanto reconoce
también a los hombres como unidad de cuerpo y alma. Quien quiera curar
realmente al hombre, ha de verlo en su integridad y debe saber que su última
curación sólo puede ser el amor de Dios» (Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, Jesús
de Nazaret , primera parte, p. 74).
Reflexión apostolic
«El misterio de la Encarnación del Hijo de Dios constituye la expresión histórica y
concreta de este amor. Dios quiso revelarse a los hombres en la Persona de su Hijo,
Jesucristo, hecho hombre» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n.
30).
Propósito
En mi agenda de actividades incluir una visita a esa persona que sé que vive en
soledad, para tener con ella un diálogo de apoyo espiritual.
Diálogo con Cristo
Gracias, Señor, por este tiempo privilegiado para prepararnos a celebrar el
acontecimiento que marc￳ la Historia… y mi historia. Dios mismo se encarna en su
Hijo Jesús para curar nuestra herida original: esa desobediencia, esa soberbia que
aparta del amor. Que este Adviento sea mi oportunidad para llevar a Cristo a los
que tengo más cerca.
«Tenemos una vocación. Tenemos una misión. No es una vocación y una misión
para vivirla cada uno o para alcanzar a unos cuantos. Es una vocación y una misión
para los demás»
(Cristo al centro, n. 1653).