I Domingo de Adviento, Ciclo C
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«A Tí levanto mi alma»
I. LA PALABRA DE DIOS
Jr 33, 14-16: «Suscitará a David un vástago legítimo».
Sal 24: «A Tí, Señor, levanto mi alma».
1 Ts 3, 12-4, 2: «Que el señor os fortalezca interiormente para
cuando Jesús vuelva».
Lc 21, 25-28. 34-36: «Se acerca vuestra liberación».
II. LA FE DE LA IGLESIA
«Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos» (668s).
«Cristo es el Señor del Cosmos y de toda la Historia» (668).
«Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su consumación. Estamos
ya en la "última hora". El final de la Historia ha llegado ya a nosotros y la
renovación del mundo está ya decidida de manera irrevocable...» (670).
«El Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo no está todavía
acabado. Este reino aún es objeto de los ataques de poderes del mal, a pesar de
que estos poderes hayan sido vencidos en su raíz por la Pascua de Cristo...» (671).
III. TESTIMONIO CRISTIANO
«La Luz luce en las tinieblas. Las tinieblas son el error y la muerte... Abramos las
puertas para que aquella Luz nos ilumine con sus rayos y siempre gocemos de la
benignidad de Nuestro Señor Jesucristo». (S. Juan Crisóstomo, PG, 59, 57 ss).
«Nuestro Redentor y Señor anuncia los males que han de seguir a este mundo
perecedero, a fin de que noshallemos preparados...Nosotros, que sabemos cuáles
son los gozos de la Patria Celestial, debemos ir cuanto antes a Ella y por el camino
más corto... No queráis, pues, hermanos, amar lo que no ha de permanecer
mucho» (S Gregorio Magno, PL. 76, 1077 ss).
IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA
A. Apunte bíblico-litúrgico
El anuncio profético de Jeremías se cumple en Jesucristo «retoño de David» (Ap
5,5), que ha dado al mundo la «justicia», es decir, la salvación. Los males, el
miedo, la angustia, etc. afligen a los hombres a lo largo de su historia contingente
(Evangelio) y evidencian la necesidad que tienen de ser liberados.
Con la plegaria del «pobre» y «pecador» nos dirigimos a Dios que nos salva (Salmo
responsorial). A Dios pedimos, mientras cominamos hacia nuestra plena liberación,
que nos conceda «crecer y abundar en el amor... portándonos de modo que
agrademos a Dios» (Segunda lectura).
B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica
La fe:
Venida final de Jesucristo: 668-677.
La respuesta:
La vigilancia: 2612; 2849.
C. Otras sugerencias
Toda la Creación gime (Rom 8). Los hombres gemimos en ella. Los creyentes en
Jesús nos sentimos estimulados en el primer Domingo de Adviento a transmitir al
increyente y al alejado los caminos del Señor, que son «misericordia y lealtad». Es
un aspecto de la «Nueva Evangelización», que tiene por núcleo la realidad de que
Dios se hizo Enmanuel para salvarnos (cf CEE, Para que el mundo crea)
Desde el primer Domingo de Adviento ha de contemplarse la triple venida de
Jesucristo Salvador: la histórica, la futura y la actual.
Necesitamos vigilar, disipar las sombras, para que el anuncio que transmitimos, se
potencie con la luz y testimonio de nuestra vida.
Ha de salir, además, de nuestro corazón la plegaria «muéstranos, Señor, tu
misericordia y danos tu salvación».
Con permiso de Almudi.org