III Domingo de Adviento, Ciclo C
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«Estad siempre alegres en el Señor»
I. LA PALABRA DE DIOS
So 3, 14-18a: «El Señor se alegrará en tí»
Is 12, 2-3; 4-6: «Gritad jubilosos...»
Fl 4, 4-7: «El Señor está cerca»
Lc 3, 10-18: «¿Qué hemos de hacer?»
II. LA FE DE LA IGLESIA
«Se alegre el corazón de los que buscan a Dios» (Sal 105, 3). Si el hombre puede
olvidar o rechazar a Dios, Dios no cesa de llamar a todo hombre a buscarle para
que viva y encuentre la dicha» (30).
«Sentado a la derecha del Padre y derramando el Espíritu Santo sobre su Cuerpo
que es la Iglesia, Cristo actúa ahora por medio de los Sacramentos, instituídos por
El para comunicar su gracia. Los Sacramentos son signos sensibles (palabras y
acciones), accesibles a nuestra humanidad actual. Realizan eficazmente la gracia
que significan en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu Santo»
(1084).
III. TESTIMONIO CRISTIANO
«La verdadera alegría se encuentra donde dijo S. Pablo: En el Señor. Las demás
cosas, a parte de ser mudables, no nos proporcionan tanto gozo que puedan
impedir la tristeza ocasionada por otros avatares en cambio, el temor de Dios la
produce indeficiente porque quien teme a Dios como se debe a la vez que
teme confía en El y adquiere la fuente del placer y el manantial de toda la alegría»
(S. Juan Crisóstomo, PG. 27, 179)
IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA
A. Apunte bíblico-litúrgico
El tema de la Palabra es la alegría por la presencia y acción de Jesucristo salvador
en la historia humana: «Estad siempre alegres en el Señor». (Segunda
lectura). «Regocíjate... grita de júbilo... alégrate y goza de todo corazón» (Primera
lectura).
La causa de la alegría es el Señor. Su presencia es el anuncio de la Buena Noticia,
gozosa noticia. «Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo». «El
os bautizará en Espíritu Santo y fuego» (Evangelio). Bautismo que purifica, salva,
santifica. Bautismo, es decir, la vida sacramental por la que Jesucristo está
presente y actua en la vida de los hombres.
B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica
La fe:
Acción de Cristo glorioso en la liturgia: 1084-1085.
... y en la oración: 2656-2658.
La respuesta:
Alegría y búsqueda de Dios: 30.
C. Otras sugerencias
Ovidio escribe en el destierro: «Nada puede hacerse sino llorar» (De tristitia). San
Pablo, prisionero recomienda: «Estad siempre alegres en el Señor; de nuevo os
digo, estad alegres». Dice también: «Sobreabundo de gozo en nuestra tribulación»
(2 Co 7,4). Este vive de Cristo. Ovidio, no.
El discípulo de Jesucristo vive en comunión con El, que actua en el misterio; cree y
espera su venida final y definitiva. Sabe que por la presencia y acción de Cristo,
que nos acompaña, nuestra vida cristiana está penetrada de la vida nueva de Dios.
Aquí está el secreto de la alegría del creyente.
En un mundo que cada día se torna más triste, el creyente debe velar para no
esclavizarse por lo contingente, esforzarse por el cumplimiento del deber, la
austeridad de su vida y la solidaridad con los hombres necesitados y presentar a
Dios sus peticiones y acciones de gracias.
Con permiso de Almudi.org