La Inmaculada Concepción de Santa María Virgen
Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«Alégrate, llena de gracia»
I. LA PALABRA DE DIOS
Gn 3, 9-15.20: «Establezco hostilidades entre tí y la mujer, entre tu estirpe
y la suya».
Sal 97, 1.2-4: «Cantad al Señor un cántico nuevo».
Ef 1, 3-6.11-12: «Dios nos elegió en la persona de Cristo».
Lc 1, 26-38: «Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo».
II. LA FE DE LA IGLESIA
«De la descendencia de Eva, Dios elegió a la Virgen María para ser la Madre de su
Hijo. Ella, ``llena de gracia'', es ``el fruto excelente de la Redención''; desde el
primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del
pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su
vida» (508).
«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que Ella fue ``enriquecida
desde el primer instante de su concepción'', le viene toda entera de Cristo. Ella es
``redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo''. El
Padre la ha ``bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en el cielo, en
Cristo'' (492).
III. TESTIMONIO CRISTIANO
«Cuando leemos que el Mensajero dice a María ``llena de gracia'', el contexto
evangélico en el que confluyen revelaciones y promesas antiguas, nos da a
entender que se trata de una benedición singular entre todas las bendiciones
espirituales en Cristo. En el misterio de Cristo María está presente ya ``antes de la
creación del mundo'' como aquella que el Padre ``ha elegido'' como Madre de su
Hijo en la Encarnación y junto con el Padre la ha elegido el Hijo confiándola
eternamente al Espíritu de Santidad». (Juan Pablo II, Redemptoris Mater, n.8).
IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA
A. Apunte bíblico-litúrgico
El texto del Génesis es el primer anuncio de la salvación. El pecado originó la
división y la lucha entre la serpiente y la mujer, entre la descendencia de una y la
descendencia de otra. El triunfo será de la mujer y de su descendencia. Se anuncia
así la redención y liberación del pecado por la victoria de Jesucristo «nacido de
mujer». La tradición eclesial ha visto, además, el anuncio de la victoria de una
Mujer. Aquella de la que nació el Salvador: La Virgen María, Inmaculada en su
Concepción.
«La llena de gracia» (Evangelio). En el ser de María no ha existido jamás ni vacío ni
sombra alguna, desde que «es» Inmaculada.
La Virgen Inmaculada es el espejo que hemos de mirar en el empeño por realizar el
designio de Dios sobre nosotros (Segunda lectura).
B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica
La fe:
La Inmaculada Concepción: 490-493; 508.
María, icono escatológico de la Iglesia: 972.
La respuesta:
María tipo de la Iglesia Santa: 829.
Alégrate llena de gracia: 721-726.
C. Otras sugerencias
El Adviento es el tiempo de la Virgen María. En Ella se realizan las tres venidas de
Jesucristo (ver Domingo I de Adviento).
Cielos, tierra, cosmos y toda criatura que Dios ha sometido al hombre para su
realización, se alegran porque la concepción inmaculada de María es el anuncio de
que la salvación ha llegado a la tierra y ha comenzado en ella la «nueva creación»
«el cielo nuevo y la tierra nueva».
Dios la amó y la hizo inmaculada: «Con amor eterno te amé: por eso te he
mantenido mi favor» (Jr 31, 3-4). En María no hay mancha alguna de pecado, es
toda hermosa. Todo su ser es puro, bello y santo. Dios muestra en Ella su
esplendor. «La llena de gracia».
Con permiso de Almudi.org