EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Viernes de la primera semana de Adviento
Libro de Isaías 29,17-24.
¿No falta poco, muy poco tiempo, para que Líbano se vuelva un vergel y el vergel
parezca un bosque?
Aquel día, los sordos oirán las palabras del libro, y verán los ojos de los ciegos,
libres de tinieblas y oscuridad.
Los humildes de alegrarán más y más en el Señor y los más indigentes se
regocijarán en el Santo de Israel.
Porque se acabarán los tiranos, desaparecerá el insolente, y serán extirpados los
que acechan para hacer el mal,
los que con una palabra hacen condenar a un hombre, los que tienden trampas al
que actúa en un juicio, y porque sí no más perjudican al justo.
Por eso, así habla el Señor, el Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham:
En adelante, Jacob no se avergonzará ni se pondrá pálido su rostro.
Porque, al ver lo que hago en medio de él, proclamarán que mi Nombre es santo,
proclamarán santo al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel.
Los espíritus extraviados llegarán a entender y los recalcitrantes aceptarán la
enseñanza.
Salmo 27(26),1.4.13-14.
De David.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es el baluarte de mi vida,
¿ante quién temblaré?
Una sola cosa he pedido al Señor,
y esto es lo que quiero:
vivir en la Casa del Señor
todos los días de mi vida,
para gozar de la dulzura del Señor
y contemplar su Templo.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Espera en el Señor y sé fuerte;
ten valor y espera en el Señor.
Evangelio según San Mateo 9,27-31.
Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: "Ten piedad de nosotros,
Hijo de David".
Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: "¿Creen que yo
puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor".
Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído".
Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo
sepa".
Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.
Comentario del Evangelio por:
Liturgia latina
Himno de Adviento (siglo IX)
"Sin tinieblas ni oscuridad, verán los ojos de los ciegos " (Is 29,18)
Que el sol, los astros, la tierra y los mares
resuenen ante el advenimiento del Dios altísimo;
¡que el rico y el pobre unan sus cantos
para celebrar al Hijo del Creador supremo!
Su nacimiento precede a la estrella de mañana:
este es el Salvador prometido antaño a nuestros padres,
fruto glorioso de una Virgen,
el Hijo del Dios todopoderoso.
Este es el Rey de la gloria
El que debía venir para reinar sobre los reyes,
para poner bajo sus pies al enemigo cruel,
y para curar al mundo enfermo.
Que los ángeles también se alegren;
que todos los pueblos se estremezcan de alegría:
el Altísimo viene humildemente
para salvar lo que perecía...
Que los profetas alcen sus voces y profeticen:
¡El Emmanuel ya está cerca de nosotros!
Que la lengua de los mudos se desate,
Y vosotros, los cojos, corred a su encuentro (cf Is 7,14; 35,6)...
Todas las naciones y las islas,
aclamad este gran triunfo.
Corred como acuden ciervos:
he aquí el Redentor que viene.
Que los ojos de los ciegos,
hasta ahora cerrados a la luz,
aprendan a traspasar las tinieblas de noche,
y abrirse a la luz verdadera...
¡Alabanza, honor, poder y gloria
a Dios Padre, y a su Hijo
en la unidad del Santo Espíritu
por los siglos eternos!
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”