EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María
Libro de Génesis 3,9-15.20.
Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: "¿Dónde estás?".
"Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por
eso me escondí".
El replicó: "¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que
yo te prohibí?".
El hombre respondió: "La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de
él".
El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer
respondió: "La serpiente me sedujo y comí".
Y el Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho esto, maldita seas entre todos
los animales domésticos y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre
tu vientre, y comerás polvo todos los días de tu vida.
Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la
cabeza y tú le acecharás el talón".
El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los
vivientes.
Salmo 98(97),1.2-3.3-4.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.
El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.
Carta de San Pablo a los Efesios 1,3-6.11-12.
Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en
Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo,
y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e
irreprochables en su presencia, por el amor.
El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al
beneplácito de su voluntad,
para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido.
En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano -según el
previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad-
a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria.
Evangelio según San Lucas 1,26-38.
En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret,
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de
David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el
Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar
ese saludo.
Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de
David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún
hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo
te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era
considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has
dicho". Y el Angel se alejó.
Comentario del Evangelio por:
Beato Juan Pablo II (1920-2005), papa
Encíclica “Redemptoris Mater”, §7, 10 (trad. © copyright Libreria Editrice
Vaticana rev.)
“Alégrate, llena de gracia”
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se￱or Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo, por cuanto nos
ha eligi￳ en él antes de la fundaci￳n del mundo.” (Ef 1,3-4) La carta a los Efesios,
hablando de la “riqueza de gracia” con que el Padre nos ha bendecido (cf Ef 1,7)
a￱ade: “En él tenemos por medio de su sangre la redenci￳n”. Según la doctrina
formulada en los documentos solemnes de la Iglesia, esta “gloria de la gracia” se
ha manifestado en la Madre de Dios por el hecho que ella ha sido “rescatada de
manera sobre eminente”. (Papa Pio IX)
En virtud de la riqueza de la gracia del Hijo Bienamado, en virtud de los méritos
redentores de aquel que debía ser su Hijo, María fue preservada de la herencia del
pecado original. Así, desde el primer momento de su concepción, es decir, desde su
existencia, pertenece a Cristo, participa de la gracia salvífica y santificante y del
amor que tiene su fuente en el “Hijo bienamado”, en el Hijo del Padre eterno que,
por la encarnación, es su propio Hijo. Por esto, por el Espíritu en el orden de la
gracia, es decir, de la participación en la naturaleza divina, María recibe la vida de
aquel al que ella misma, en el orden de la generación terrena, da la vida como
madre... Y porque María recibe esta vida nueva en una plenitud que conviene al
amor del Hijo hacia su Madre –y pues a la dignidad de la maternidad divina- el
ángel de la Anunciaci￳n la llama “llena de gracia."
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”