EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Martes de la segunda semana de Adviento
Libro de Isaías 40,1-11.
¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!
Hablen al corazón de Jerusalén y anúncienle que su tiempo de servicio se ha
cumplido, que su culpa está paga, que ha recibido de la mano del Señor doble
castigo por todos sus pecados.
Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la
estepa un sendero para nuestro Dios!
¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las
quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!
Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán juntamente,
porque ha hablado la boca del Señor.
Una voz dice: "¡Proclama!". Y yo respondo: "¿Qué proclamaré?". "Toda carne es
hierba y toda su consistencia, como la flor de los campos:
la hierba se seca, la flor se marchita cuando sopla sobre ella el aliento del Señor.
Sí, el pueblo es la hierba.
La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece
para siempre".
Súbete a una montaña elevada, tú que llevas la buena noticia a Sión; levanta con
fuerza tu voz, tú que llevas la buena noticia a Jerusalén. Levántala sin temor, di a
las ciudades de Judá: "¡Aquí está su Dios!".
Ya llega el Señor con poder y su brazo le asegura el dominio: el premio de su
victoria lo acompaña y su recompensa lo precede.
Como un pastor, él apacienta su rebaño, lo reúne con su brazo; lleva sobre su
pecho a los corderos y guía con cuidado a las que han dado a luz.
Salmo 96(95),1-2.3.10.11-12.13.
Canten al Señor un canto nuevo,
cante al Señor toda la tierra;
canten al Señor, bendigan su Nombre,
día tras día, proclamen su victoria.
Anuncien su gloria entre las naciones,
y sus maravillas entre los pueblos.
Digan entre las naciones: "¡El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud".
Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.
Evangelio según San Mateo 18,12-14.
Sobre la fe ortodoxa 1; PG 95, 417- 419 (trad. breviario 04/12)
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja
las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las
noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno
solo de estos pequeños .
Comentario del Evangelio por:
San Juan Damasceno (c.675-749) monje, teólogo, doctor de la Iglesia
Sobre la fe ortodoxa 1; PG 95, 417- 419 (trad. breviario 04/12)
"Vuestro Padre que está en los cielos no quiere que ni uno de estos
pequeños se pierda"
Tú, Señor, me sacaste de los lomos de mi padre; tú me formaste en
el vientre de mi madre; tú me diste a luz niño y desnudo, puesto que
las leyes de la naturaleza siguen tu mandatos.
Con la bendición del Espíritu Santo preparaste mi creación y mi
existencia, no por voluntad de varón, ni por deseo carnal, sino por
una gracia tuya inefable. Previniste mi nacimiento con un cuidado
superior al de las leyes naturales; pues me sacaste a la luz adoptándome
como hijo tuyo y me contaste entre los hijos de tu Iglesia santa
e inmaculada.
Me alimentaste con la leche espiritual de tus divinas enseñanzas.
Me nutriste con el vigoroso alimento del cuerpo de Cristo, nuestro
Dios, tu santo Unigénito, y me embriagaste con el cáliz divino, o sea,
con su sangre vivificante, que él derramó por la salvación de todo el
mundo.
Porque tú, Señor, nos has amado y has entregado a tu único y
amado Hijo para nuestra redención, que él aceptó voluntariamente,
sin repugnancia; más aún, puesto que él mismo se ofreció, fue destinado
al sacrificio como cordero inocente, porque, siendo Dios, se
hizo hombre y con su voluntad humana se sometió, haciéndose obediente
a ti, Dios, su Padre, hasta la muerte, y una muerte de cruz.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”