Tiempo y Eternidad
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José Manuel Otaolaurruchi, L.C.
Un GPS para llegar a Belén
¿Qué debemos hacer para que Dios nazca en nuestro corazón esta navidad? Esta es la
pregunta que el pueblo le hace a Juan el Bautista cuando anunciaba el arrepentimiento de
los pecados. Al inicio Juan utilizaba imágenes como: “Enderezad los caminos del Señor,
allanad los montes, rebajar las colinas. El tiempo está cerca. Él tiene el bieldo en la mano
para separar el trigo de la paja; guardará el trigo y quemará la paja”; pero el pueblo le
vuelve a pregunta: Entonces, ¿qué debemos hacer? En escena surgen algunos personajes:
Aparece un funcionario público y a éste le responde: “No cobres más de lo establecido”. Es
decir, que le habla de la honestidad y por extensión del servicio. Existen miles de puestos
de trabajo que ofrecen servicios al público y tristemente muchos reciben un mal trato por
los servicios pagados. Además de que te cobran, te maltratan. A ver si esta navidad todo el
que ofrece un servicio al público lo hace con cortesía, con buena cara y profesionalidad.
Le sigue un soldado que hoy en día también podría tomar el título de policía, juez, abogado,
aduanero o alguno de los miles de administradores que existen. A éstos les dio dos
consejos: no extorsionen a nadie y conténtense con su salario. Es decir, que les habla de la
verdad y del ganar limpiamente su dinero sin recurrir al soborno, cohecho, “mordidas”,
“gratificaciones”, “aceitadas” y cualquier otro sinónimo que se quiera utilizar.
Y a los médicos, ¿qué les diría? Que no hagan cesáreas, ni extraigan muelas, ni operen a la
gente que no lo necesita. ¿Y a los restauranteros? que no vendan alimentos pasados ni
ofrezcan comida reciclada. Pensaría también en los ingenieros que construyen casas, obras
públicas y edificios, que no inflen los presupuestos. ¿Y a los políticos? que trabajen
honradamente por el bien de la comunidad que son quienes los han elegido y los mantienen
con el pago de sus impuestos. A los prestamistas y usureros, que no roben al pobre, ni
despojen al necesitado, ni se aprovechen del que está en aprietos.
Al gremio de los mecánicos, electricistas, albañiles, carpinteros, plomeros y técnicos varios,
que sólo ellos y Dios saben cómo arreglan las cosas, también ellos necesitan de conversión
a base un trabajo bien hecho, entregando con puntualidad y rechazando la tentación de caer
en las chapuzas.
Finalmente, el Papa Benedicto XVI nos invita a los sacerdotes a vivir este adviento con
espíritu de reparación y penitencia, acercándonos a los sacramentos de la reconciliación
como fuente de donde brota la gracia. Como vemos, a cada uno le toca lo suyo.
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