Solemnidad: San José, esposo de la Virgen María
Mt 1, 18-21.24a
Autor: Padre Antonio Díaz Tortajada
2S 7, 4-5a12-14a.16
Salmo 16
Rm 4, 13, 16-18.22
Mt 1, 18-21.24a
1. La vida de san José, unida directamente a la vida de Jesús y de
María, es un ejemplo de fe y de confianza plena en Dios, que le ha valido el
título de patrono de la iglesia universal.
Las promesas hechas por Dios a David y sus descendientes llegan a través de la
mediación de san José, de la estirpe de David. Sin embargo, José es el padre
nutricio de Jesús; su paternidad va en la línea adopcional, pero no es
paternidad fisiológica. También nosotros somos hijos de la promesa; por ello,
somos hijos espirituales de San José, quien, a su vez, es heredero de la promesa
hecha a su antepasado.
San José es para nosotros un modelo de fe. La fe de Abrahám es la fe que vive
san José. Se fía de Dios, cree en Dios, cree lo que Dios le revela y obedece a
Dios.
2. San José es también modelo para nosotros en su estilo de vida. Él un hombre
sencillo, callado, que no busca la gloria ni los laureles; es un hombre
sencillo, que trabaja con martillo y maza de carpintero en la mano; es alguien
que no se hace ver y permanece escondido; no suele ser un gran protagonista en
los acontecimientos donde actúa; casi siempre aparece en segundo lugar.
Este hombre, totalmente "hombre de fe", acepta su misión con sencillez
evangélica; no desea presumir ni alardear; no quiere estar en el candelero. Este
estilo suyo es gran una lección para todo cristiano y para cada uno de nosotros.
3. La tentación que podemos tener todos es la de querer figurar; la de querer
estar en lugar preferente; la de ocupar sitios relevantes. No me refiero a los
que, de hecho, ocupan cargos en la vida eclesial o social; el que desempeña un
cargo de este tipo no puede evitar ser visto o negarse a estar presente, cuando
las circunstancias lo reclaman. No es fácil saber estar, sin ser protagonista. A
nosotros nos cuesta muchas veces saber estar, porque nos gusta ser
protagonistas.
San José es un modelo de sencillez y de humildad, porque "sabe estar". Supo
estar en su lugar, aunque no le resultara nada fácil. Sabe ser el prometido de
María; sabe ser el padre nutricio del Hijo de Dios; sabe estar de manera callada
y sencilla; esto algo que más admiramos de san José. Él vivió al lado de María,
la Virgen y con ella supo afrontar las pruebas, los sufrimientos y las
dificultades de la vida.
4. Dios le confía los primeros misterios de la salvación, los misterios de la
nueva alianza. San José es el único patriarca del nuevo testamento; a este gran
patriarca Dios le confía los primeros misterios; le confía la custodia de su
Hijo.