XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mateo 22:1-14

Autor: Padre Carmén Mele O.P

 

 

Al medio del mercado en Nairobi, Kenia, se vende ropa. Aunque los vestidos, camisas, y pantalones son de calidad, se dan por precios rebajados. De hecho, los precios son tan baratos que están llevando a la bancarrota la industria de prendas de vestir en el país. La ropa que se vende en el mercado es usada, eso es, de segunda mano, pero lleva marcas como Nike y Levis. Este fenómeno de vender ropa usada por precios cómodos se duplica en todas partes.

Cuando escuchamos la historia del convidado sin traje de fiesta, no debemos preocuparnos que él no tiene nada buena de ponerse. Tanto como hay buena ropa disponible a todos en el mundo actual, también el convidado de la parábola puede conseguirla. Pero no quiere hacerlo. Prefiere entrar la fiesta como le dé la gana aunque le muestra la falta de respeto al anfitrión. Jesús condena esta actitud desafiante.

Sin embargo, el propósito de Jesús no es criticar la mala etiqueta de algunos tunantes. No, hay una cuestión más al fondo aquí. Por hablar del traje de fiesta en el banquete de boda Jesús significa que los convidados al banquete celestial tienen que llevar consigo obras buenas. Como en el mundo a menudo se reconoce la persona por la ropa que lleva, en el cielo se reconocerá por sus obras buenas. La mujer que lleva comida a la viuda discapacitada estará tan admirada en el cielo como está ella que lleva vestidos de Calvin Klein en el mundo. El hombre que visita a los prisioneros estará tan respetado en el cielo como está él que lleva zapatos de Gucci en el mundo.

Una obra buena disponible para todos los ciudadanos de los Estados Unidos ahora es votar con la conciencia. Tenemos que elegir a gobernadores y legisladores con el bien común en cuenta, no nuestro propio bien. Queremos líderes con carácter sólido, con la capacidad de efectuar la justicia, y con posturas morales en las cuestiones políticas. Jamás deberíamos seleccionar a candidatos por sólo una cuestión, sea algo tan importante como el cuidado médico o algo tan superficial como un nuevo estadio de fútbol. Sin embargo, tenemos que hacer prioridades entre las cuestiones dando más atención a aquellas que lleva mayor peso.

No existe cuestión política más significativa en nuestro tiempo que el aborto. La política permitiendo el aborto ha causado decenios de millones de muertes en este país. Los victimas son seres humanos completamente inocentes. También, porque se usa el aborto como un tipo de control de natalidad, en muchos casos la tolerancia del aborto fomenta la promiscuidad. Si votamos en las elecciones ahora próximas, tenemos que sopesar mucho la postura de los candidatos en el aborto. Sí, es una consideración aleccionadora. Pero es cierto. Tenemos que sopesar mucho la postura de los candidatos en el aborto.