VI Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo C.
San Lucas 6, 17.20-26:
Dichosos los pobres: !ay de vosotros, los ricos!

Autor: Basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

Fuente: almudi.org (con permiso)  suscribirse

 

 

Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

Vida o muerte. !Bienaventurados! o !Malditos!

I. LA PALABRA DE DIOS

Jr 17,5-8: Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en el Señor
Sal 1, 1-2.3.4 y 6: Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor
1 Co 15,12.16-20: Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido
Lc 6, 17.20-26: Dichosos los pobres: !ay de vosotros, los ricos!

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan su vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que sostiene la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos» (1717).

«Las bienaventuranzas nos enseñan el fin último al que Dios llama: el Reino, la visión de Dios, la participación en la naturaleza divina, la vida eterna, la filiación, el descanso en Dios» (1726).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Sólo Dios sacia» (Sto. Tomás de Aquino) (1718).

«El dinero es el ídolo de nuestro tiempo. A él rinde homenaje institivo la multitud, la masa de los hombres... y la notoriedad es otro..., el hecho de ser reconocido y de hacer ruido en el mundo» (Newman) (1723).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El profeta Jeremías y el Salmo 1 señalan los «dos caminos para la vida y la muerte del hombre: el de la confianza en Dios o en el hombre respectivamente».

El evangelista San Lucas recoge un discurso semejante al «sermón de la montaña» recogido por San Mateo, aunque más breve. Los dichos de Jesús abren una reflexión sobre la vida del cristiano, la vida moral que sigue el esquema de «los dos caminos».

San Pablo proclama que la fe en la resurrección de los muertos no se basa en razonamientos filosóficos sobre la inmortalidad sino que es consecuencia de la fe en la resurrección de Jesucristo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:
«Los dos caminos»: 1696.
El camino de la Bienaventuranza cristiana: 1716-1717.
La Bienaventuranza cristiana: 1718-1729.

La respuesta:
Las opciones morales: 1723-1724; 1728

C. Otras sugerencias

El «primer catecismo» o «Didajé» dice: «Hay dos caminos: uno de la vida y otro de la muerte; pero muy grande es la diferencia entre los dos caminos. El discurso que recoge el evangelista S. Lucas y que se va a proclamar en este y próximos domingos se inicia con cuatro bienaventuranzas del camino de la vida y cuatro lamentaciones del camino de la muerte».

El camino de la bienaventuranza no es otro que la vida de Cristo. Esa es la vida moral cristiana. Las «bienaventuranzas» lo expresan con plenitud.

La elección moral cristiana tiene hoy en el dinero y en el poder o «notoriedad» la tentación del camino de la muerte... y no sólo para los que ejercen cargos públicos.