Domingo de Ramos de la Pasión del Señor, Ciclo C.
San Lucas 22, 14-23, 56:
«Murió por nuestros pecados, según las Escrituras»

Autor: Basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

Fuente: almudi.org (con permiso)  suscribirse

 

 

Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

«Murió por nuestros pecados, según las Escrituras»

I. LA PALABRA DE DIOS

Procesión de Ramos: Lc 19, 28-40: Bendito el que viene en nombre del Señor
Misa: Is 50, 4-7: No oculté el rostro a insultos; y sé que no quedaré avergozado
Sal 21, 8-9.17-18a.19-20.23-24: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Flp. 2, 6-11: Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo
Lc 22, 14-23, 56: Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Lucas

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del reino, que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la Pascua de su Muerte y de su Resurrección...» (560).

«La Iglesia en el magisterio de su fe y en el testimonio de sus santos no ha olvidado jamás que ``los pecadores mismos fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que soportó el divino Redentor''. Teniendo en cuenta que nuestros pecados alcanzan a Cristo mismo, la Iglesia no duda en imputar a los cristianos la responsabilidad más grave en el suplicio de Jesús, responsabilidad con la que ellos, con demasiada frecuencia, han abrumado únicamente a los judíos» (598).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando se hizo hombre recapituló en sí mismo la larga historia de la humanidad procurándonos en su propia historia la salvación de todos, de suerte que lo que perdimos en Adán... lo recuperamos en Cristo Jesús (S. Ireneo...)» (Cf 469).

«La noche pascual de la resurrección pasa por la de la agonía y la del sepulcro. Son estos tres tiempos fuertes de la Hora de Jesús los que su Espíritu (y no la ``carne que es débil'') hace vivir en la contemplación. Es necesario aceptar el ``velar una hora''...» (2719).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En la entrada en Jerusalén, Lucas destaca, por un lado, el recibimiento triunfal y, por otro, las lágrimas de Jesús sobre la ciudad (cf Lc 19, 28-42).

La lectura de la Pasión, que comienza en la última Cena, invita a interpretar los dos acontecimientos en mutua referencia. Lucas subraya el carácter sacrificial de la Cena: sacrificio expiatorio (cf Lc 22, 19 e Is 53, 4-12); sacrificio de la Nueva Alianza (cf Lc 22, 19 y Ex 24, 8); sacrificio memorial de la Nueva Pascua (cf Lc 22, 14-19 y Ex 12, 14).

La Pasión en Lucas presenta, entre otras, las siguientes variantes: en el huerto, «el sudor a goterones, como de sangre»; en el proceso, Jesús ante Herodes; en el camino de la cruz, el lamento de las hijas de Jerusalén y las palabras de Jesús que anuncian el juicio de Dios; en la cruz, como en la vida pública, el evangelio del perdón para los verdugos y el ladrón arrepentido; y en la muerte, la oración con «gran voz» «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:
La subida a Jerusalén y la entrada mesiánica: 557-560.
La muerte de Jesús designio divino de salvación: 599-605.
La ofrenda de Cristo por nuestros pecados: 606-617.

La respuesta:
Nuestra participación en el sacrificio de Cristo: 618.
participación sacramental: 1227; 1362-1372
participación contemplativa: 2718-2719
participación constante: 2028s.
participación en la muerte: 1005-1014.

C. Otras sugerencias

Todo bautizado debe decir en las pruebas de la vida: «Me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia» (Col 1, 24).

S. Ignacio de Antioquía dice que la Muerte del Señor fue un misterio resonante que sucedió «en el silencio de Dios». Para adentrarnos en ese Misterio, la Iglesia celebra el Santo Triduo Pascual, en el que todo bautizado debe participar cordialmente.