Solemnidad. Domingo de Pentecostés.
San Juan 20,19-23:
Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo.

Autor: Basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

Fuente: almudi.org (con permiso)  suscribirse

 

 

Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

««!Ven, Espíritu Santo!»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 2, 1-11: Se llenaron todos de Espíritu Santo y comenzaron a hablar
Sal 103, 1ab y 24ac.29bc-30.31 y 34: Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra
1 Co 12, 3b-7. 12-13: Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo
Jn 20, 19-23: Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo.
II. LA FE DE LA IGLESIA

«El día de Pentecostés (al término de las siete semanas pascuales), la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina. Desde su plenitud, Cristo, el Señor, derrama profusamente el Espíritu» (731).

«En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad. Desde ese día el Reino anunciado por Cristo está abierto a todos los que creen en El: en la humildad de la carne y en la fe, participan ya en la Comunión de la Santísima Trinidad. Con su venida, que no cesa, el Espíritu hace entrar al mundo en los «últimos tiempos», el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado» (732).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«!Ven, Espíritu Santo,!
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos» (Secuencia del día).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En Pentecostés se vuelve a proclamar el Evangelio del Domingo II de Pascua. Coinciden los comienzos y el fin del Tiempo pascual y ambos abrazan los Cincuenta días «como un solo día que no conoce ocaso... como un gran Domingo». El domingo de Pentecostés destaca el envío de la Iglesia al mundo, impulsada por el Espíritu Santo.

«La misión es trinitaria, del Padre al Hijo y de éste, ``en el Espíritu'', a la Iglesia. Agente decisivo de la primera fue el Espíritu, desde la encarnación hasta la resurrección. Y lo será también de la segunda, «pues la misión de la Iglesia no se añade a la de Cristo y del Espíritu Santo, sino que es su sacramento» (cf 737; 797).

«En la misión se coloca en primer plano el perdón de los pecados, porque Jesús fue enviado a liberar a los hombres de la esclavitud más grande, la del pecado... obstáculo en su vocación de hijos de Dios y causa de todas sus servidumbres humanas» (549 y 430). Lo mismo la Iglesia que recibió la misión del Jesús (cf 976).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:
«El Espíritu y la Iglesia en ``los últimos tiempos''»: 731-741.
«La Iglesia, Templo del Espíritu Santo»: 797-801.

La respuesta:
Catequesis sobre el misterio de la Iglesia: 770-776.
La misión tarea permanente de la Iglesia y de todos sus miembros: 849-852; 863.

C. Otras sugerencias

Los carismas: son dones de Dios a la Iglesia y al mundo; se han de ejercer en la unidad y caridad del Cuerpo de Cristo; requieren, por tanto, el discernimiento de los pastores de la Iglesia (cf 799-801).