Solemnidad. La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
San Lucas 1, 26-38: «Alégrate, llena de gracia»

Autor: Basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

Fuente: almudi.org (con permiso) 

 

Homilía basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

««Alégrate, llena de gracia»

I. LA PALABRA DE DIOS

Gn 3, 9-15.20: «Establezco hostilidades entre tí y la mujer, entre tu estirpe y la suya».
Sal 97, 1.2-4: «Cantad al Señor un cántico nuevo».
Ef 1, 3-6.11-12: «Dios nos elegió en la persona de Cristo».
Lc 1, 26-38: «Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo».

II. LA FE DE LA IGLESIA

«De la descendencia de Eva, Dios elegió a la Virgen María para ser la Madre de su Hijo. Ella, ``llena de gracia'', es ``el fruto excelente de la Redención''; desde el primer instante de su concepción, fue totalmente preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida» (508).

«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que Ella fue ``enriquecida desde el primer instante de su concepción'', le viene toda entera de Cristo. Ella es ``redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo''. El Padre la ha ``bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en el cielo, en Cristo'' (492).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando leemos que el Mensajero dice a María ``llena de gracia'', el contexto evangélico en el que confluyen revelaciones y promesas antiguas, nos da a entender que se trata de una benedición singular entre todas las bendiciones espirituales en Cristo. En el misterio de Cristo María está presente ya ``antes de la creación del mundo'' como aquella que el Padre ``ha elegido'' como Madre de su Hijo en la Encarnación y junto con el Padre la ha elegido el Hijo confiándola eternamente al Espíritu de Santidad». (Juan Pablo II, Redemptoris Mater, n.8).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El texto del Génesis es el primer anuncio de la salvación. El pecado originó la división y la lucha entre la serpiente y la mujer, entre la descendencia de una y la descendencia de otra. El triunfo será de la mujer y de su descendencia. Se anuncia así la redención y liberación del pecado por la victoria de Jesucristo «nacido de mujer». La tradición eclesial ha visto, además, el anuncio de la victoria de una Mujer. Aquella de la que nació el Salvador: La Virgen María, Inmaculada en su Concepción.

«La llena de gracia» (Evangelio). En el ser de María no ha existido jamás ni vacío ni sombra alguna, desde que «es» Inmaculada.

La Virgen Inmaculada es el espejo que hemos de mirar en el empeño por realizar el designio de Dios sobre nosotros (Segunda lectura).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:
La Inmaculada Concepción: 490-493; 508.
María, icono escatológico de la Iglesia: 972.

La respuesta:
María tipo de la Iglesia Santa: 829.
Alégrate llena de gracia: 721-726.

C. Otras sugerencias

El Adviento es el tiempo de la Virgen María. En Ella se realizan las tres venidas de Jesucristo (ver Domingo I de Adviento).

Cielos, tierra, cosmos y toda criatura que Dios ha sometido al hombre para su realización, se alegran porque la concepción inmaculada de María es el anuncio de que la salvación ha llegado a la tierra y ha comenzado en ella la «nueva creación» «el cielo nuevo y la tierra nueva».

Dios la amó y la hizo inmaculada: «Con amor eterno te amé: por eso te he mantenido mi favor» (Jr 31, 3-4). En María no hay mancha alguna de pecado, es toda hermosa. Todo su ser es puro, bello y santo. Dios muestra en Ella su esplendor. «La llena de gracia».