Pistas para la Lectio Divina... Lucas 9, 46-50.
“Se suscitó una discusión entre ellos…”.
Cuando se pierde de vista la Cruz

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Hoy volvemos al capítulo 9 de Lucas, donde se ha confesado la fe en Jesús como el Mesías-Cristo y donde Jesús ha trazado la nueva ruta del seguimiento: el misterio de la Cruz.

 

El sábado pasado habíamos visto un primer signo de “inmadurez espiritual” de los discípulos al no conseguir entrar en sintonía con la propuesta de Jesús. Hoy vemos otros dos signos más.

 

¿Qué es lo que pasa cuando una persona o una comunidad caminan con Jesús pero dejan de lado la Cruz? Se dan estas dos situaciones:

 

Primero: Hay problemas de autoridad

 

Cuando una comunidad se divide, cuando algún líder arrastra una parta de la comunidad consigo y la pone en contra de otro líder, cuando hay peleas del tipo “yo mando aquí”, cuando hay presunción entre las personas y sometimiento de unas a otras. Si esto sucede, ES QUE SE PERDIÓ DE VISTA LA CRUZ DEL SEÑOR.

 

Segunda: Hay censuras y acusaciones a otras comunidades

 

Cuando en la comunidad brotan actitudes de intolerancia, cuando entre las comunidades entran en competencias para mostrar quién hace más y mejor para llevarse los aplausos de la Iglesia, cuando hay envidias entre los líderes, cuando se difama a otra comunidad, cuando se tergiversa sus actuaciones, ES QUE SE PERDIÓ DE VISTA LA CRUZ DEL SEÑOR.

 

En fin…

 

Jesús le recuerda a sus discípulos que la Cruz es humildad y pequeñez, como el niño que coloca en medio de la comunidad: “Tomó a un niño y lo puso a su lado” (9,47). Pero también es acogida del diferente, es apertura de corazón para captar lo bueno que hay en los otros y trabajar por una sana armonía, así no coincidamos en todos los puntos de vista. Cuando se tiene en vista la Cruz, entonces las relaciones son diferentes: “El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor” (9,48).

 

Pongámosle a nuestras comunidades la dinámica y el sabor del evangelio.

 

 

Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. ¿En mi vida personal, en mi familia, en mi grupo o en mi comunidad, percibo los signos de inmadurez espiritual que señala el evangelio de hoy?

2. ¿Cuál es la causa?

3. ¿Cuál es el camino de superación?