Pistas para la Lectio Divina...  Lucas 9,1-6.
“Les envío a proclamar el Reino y a curar”
Juntos para la misión

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Retomemos el evangelio según Lucas. Después del encuentro con su madre, Jesús siguió con su misión. El evangelio pasa entonces del discurso a las obras de Jesús. Allí los discípulos siguen contemplando las acciones salvíficas de Jesús y aprendiendo de ellas sus obras son también “Palabra que hay que aprender”. Jesús…

(1)   Calma una tempestad (Lc 8,22-22);

(2)   Cura al endemoniado de Gerasa (8,25-39);

(3)   Cura a la hemorroísa (8,43-48);

(4)   Resucita a la hija de Jairo (8,40-42ª-49-56).

 

En toda esta revelación progresiva, a través de cuatro milagros, quienes habían sido escogidos por Jesús (6,12-16) pudieron apreciar quiénes eran los destinatarios de la Buena Nueva del Reino, los contenidos y la finalidad de la misión del Maestro. Y ahora les toca el turno a los apóstoles, porque para eso fueron llamados.

 

Para Lucas la misión de los discípulos es una extensión de la misión de Jesús. Veámoslo de cerca siguiendo el orden del relato de envío:

     (1) Una fórmula de envío (9,1-2)

(2)   Una lista de instrucciones sobre cómo deben actuar durante el tiempo de la misión (9,3-5)

(3)   Una brevísima descripción de lo que los Doce efectivamente hicieron (9,6)

 

1. La fórmula de envío (9,1-2)

 

Esta primera parte concentra las palabras más densas de Jesús con relación a la misión:

(1)   Los Doce son convocados solemnemente por Jesús; es como si los volviera a llamar.

(2)   Jesús les da investidura para que ejerzan la misión con autoridad. El texto griego nos deja entender que les comunica  la misma fuerza que lo ha acompañado en el combate contra el demonio y el mismo poder con que ha hecho curaciones.

(3)   La misión apunta a la victoria sobre el mal (los demonios) y a la recuperación del hombre (superación de las enfermedades).

(4)   La obra de los apóstoles va más allá de los exorcismos y de los milagros en sí mismos, sus acciones son signo de lo que se proclama de viva voz: “evangelizar el Reino de Dios”.

 

2. Las instrucciones sobre el comportamiento durante la misión (9,3-5)

 

Jesús los ha dotado de fuerza y potencia, los apóstoles por su parte deben renunciar a sus seguridades habituales. Por eso Jesús los instruye para  que “tomen nada para el camino”. Los apóstoles:

(1)   Viajan como personas que van de prisa, que deben cubrir una gran distancia en un tiempo reducido.

(2)   Confían plenamente en la providencia de Dios; dejan todo para recibirlo todo de Dios. Su renuncia es signo de su fe en que Dios Padre, origen de la misión suplirá sus necesidades.

(3)   Están siempre y completamente disponibles para el trabajo evangélico.

 

Igualmente deben saber vivir la acogida y el rechazo (recordemos el capítulo de 4):

(4)   Saben recibir lo que les ofrezcan en la misión y no intentan buscar un mejor alojamiento en otra parte (9,4).

(5)   Saben vivir el fracaso en la tarea apostólica con la acción simbólica de sacudir el polvo de los pies, eximiéndose así de toda responsabilidad en la condenación de quien ha rechazado voluntariamente a Jesús y como testimonio de acusación para el día del juicio (9,5).

 

3. Breve descripción de la misión (9,6)

 

Lucas nos informa que los Doce hicieron al pie de la letra aquello para lo cual fueron enviados: “Saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes”. Es así como testimonian el mensaje, con las mismas obras de Jesús (ver 4,31-41).

 

 

Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. ¿Cómo preparó Jesús a los apóstoles para la misión?

2. ¿Cuáles son las “normas” de un misionero?

3. ¿Qué espiritualidad de la misión se desprende del pasaje de hoy?