Pistas para la Lectio Divina...  
Lucas 7, 24-30: La fidelidad de Dios permanece. “Al no aceptar el bautismo de Juan frustraron el plan de Dios sobre ellos”

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

La profecía de amor y de dolor que expone Isaías (54,1-10), termina con una declaración de fidelidad a su pueblo rebelde: “Con amor eterno te amé… Mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá –dice Yahvé, que tiene compasión de ti” (54,8.10b).

 

Jesús, en su último pronunciamiento sobre Juan Bautista en el evangelio de Lucas, muestra cómo en torno a su palabra profética el pueblo se dividió en dos: los que lo aceptaron y los que lo rechazaron. Las consecuencias no son idénticas en cada caso: los primeros “reconocieron la justicia de Dios” (Lc 7,29), los otros “frustraron el plan de Dios sobre ellos” (7,30). En el primer grupo puede reconocerse “el pueblo que le escuchó” (7,29), dentro de cual se mencionan explícitamente “los publicanos”; en el segundo grupo están “los fariseos y los legistas” (7,30), precisamente aquellos que debían estar más comprometidos con plan de salvación de Dios.

 

Tan importante es la presencia y la palabra de Juan Bautista que Jesús lo describe como un verdadero y auténtico portavoz de Dios, que no habla según su conveniencia sino que se pone al servicio del proyecto de Dios.  Por esto, “justicia de Dios” y “plan de Dios” están relacionados con predicación.

 

Lo más grave es que el rechazo de Juan Bautista es también el rechazo de Jesús. Aun así, frente a la dureza de corazón del segundo grupo mencionado, el corazón de Dios no se cerrará para ellos, su Hijo Jesús irá hasta las últimas consecuencias como testimonio del amor fiel de Dios que no se retracta. El plan de Dios seguirá su curso. 

 

 

Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

1. Ante la predicación de Juan Bautista el pueblo se divide en dos grupos. ¿En cuál de ellos me ubico?

2. ¿Cuál es el plan de Dios para mí?

3. En estos días de Adviento, ¿qué estoy haciendo o qué voy a hacer para que la Palabra profética de Dios que renueva la esperanza llegue a los que me rodean?

 

Hagamos oración la Palabra con el Salmo 30:

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado