Pistas para la Lectio Divina...  
Marcos 6,53-56: La pastoral de Jesús con los enfermos. “Cuantos tocaban su manto quedaban salvados”

Autor: Padre Fidel Oñoro CJM

Fuente: Centro Bíblico Pastoral para la America Latina (CEBIPAL) del CELAM

 

 

Después del relato de la multiplicación de los panes (Marcos 6,35-44) y la penosa travesía del lago (6,45-52), Jesús llega a la tierra de Genesaret (6,53).  La comunidad llega a un lugar distinto al cual habían sido despachados solos (6,45).

 

Un claro contraste

 

La llegada a la costa marca enseguida una diferencia con la escena anterior. En el lago los discípulos confundieron a Jesús con un “fantasma” (6,49), en la orilla la gente inmediatamente “reconoce” a Jesús (6,54).

 

A lo largo del pasaje seguimos encontrando enseguida otros contrastes entre lo que hacen los habitantes de la región y las actitudes interiores de los discípulos.

 

Los discípulos le habían sugerido a Jesús que despidiera a la multitud “para que vayan a las aldeas y pueblos del contorno a comprarse de comer” (6,36).  Aquí, en cambio, Marcos nos dice que la gente del lugar “recorre toda la región” (6,55ª), no para cuidar se sí misma, sino para “traer a los enfermos en camillas donde oían que él estaba” (6,55b).

 

El poder de la fe

 

Llama la atención que “le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto” (6,56). Para los enfermos esto parece ser suficiente para ser curados. Esto nos recuerda el pasaje de la hemorroisa (ver 5,25-34) que describe de esta manera el poder de la fe.

 

Si comparamos con la actitud que los discípulos han tenido con las multitudes, vemos que la otra gente tiene una actitud muy diferente con quien está enfermo. Ella se preocupa del enfermo, se compromete, convierten su situación en un problema suyo, va más allá de las fronteras impuestas por la ley de la pureza y se arriesgan a interceder por ellos, así como lo hizo Jairo por su pequeña (ver 5,23).

 

Este es el impulso que proviene de la libertad de corazón que Jesús anima cuando dice: “ten fe” (5,36).

 

El riesgo de ocuparse de los demás e interceder

 

Lo que toda esta gente de Genesaret hace no es normal. Se atreven a tocar a gente impura. Por su parte los impuros se atreven a tocar a Jesús.

 

Jesús por su parte les da vida, gracias a todos aquellos que fueron sensibles con sus sufrimientos y los llevaron hasta la presencia del Maestro, en quien vieron la solución a sus problemas.

 

Este continuo contacto con impuros. Este querer ayudar a darle vida a los demás pasando por encima de las fronteras legales, enseguida se va a volver problemático.

 

La actitud pastoral de los discípulos queda cuestionada. Pero ellos todavía están en proceso de aprendizaje.

 

 

Para cultivar la semilla de la Palabra en la vida:

1. ¿Cuál es la diferencia entre la actitud de los discípulos y la actitud de la gente de Genesaret? ¿Cuál es la recomendable?

2. ¿Qué acciones concretas delinean en este texto una pastoral de los enfermos?

3. ¿Qué responsabilidad tiene la familia y la comunidad con relación a sus miembros enfermos? ¿Qué debe hacer?